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e la redacción de INFORME DIGITAL Si de algo dio para hablar la 47° reunión de jefes y jefas de Estado del Mercosur fue del gran despliegue de seguridad. Fueron unos cinco mil agentes, entre hombres y mujeres, que estuvieron ubicados en diferentes puntos de la denominada “zona de exclusión”. La Policía Federal, Gendarmería, Policía Aeroportuaria, Ejército y Custodia de Gobernación y Presidencia, fueron parte del megaoperativo. La zona de exclusión comprendió unos dos kilómetros cuadrados: adentro quedaron los hoteles dispuestos para alojar a las comitivas presidenciales y mandatarios y los dos centros de convenciones, la Escuela Centenario, donde se reunieron los cancilleres y La Vieja Usina donde deliberaron los presidentes. Una de los detalles que no pasó desapercibido por los paranaenses fueron los francotiradores. Los agentes especiales vigilaron cada movimiento desde las alturas con miras telescópicas, binoculares y rifles. Pero no fue todo, también hubo helicópteros de la Policía Federal Argentina Argentina que se adueñaron del espacio aéreo. Si bien la Cumbre del Mercosur comenzó el martes con la reunión de cancilleres, el movimiento de las fuerzas pudo verse con intensidad a partir de la llegada de Evo Morales, presidente de Bolivia. El boliviano fue el primero en arribar a Paraná y una de las primeras actividades que hizo fue recorrer la peatonal. Agentes, policías y custodios se movieron al paso del mandatario. Por la tarde del martes, el equipo de Evo jugó un ‘picadito’ con el del gobernador Sergio Urribarri en el Club Olimpia. Allí un cuerpo de elite registró el microestadio con canes adiestrados para ubicar explosivos. En los vestuarios del equipo visitante, Bolivia, se ubicaron militares completamente equipados con armas de guerra, chalecos antibalas y cascos. En las gradas, entre los militantes, se ubicaron jefes de policías de civil que, más que mirar el partido, estuvieron alerta a cualquier movimiento que se considerara sospechoso. En tanto, en cada esquina de la cancha se ubicaron custodios de la Policía Federal, de saco y corbata. Más tarde, a las 19, el boliviano recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) en el Teatro 3 de Febrero y nuevamente las fuerzas de seguridad desplegaron gran cantidad de agentes. Policía motorizada se apostó de las inmediaciones y un helicóptero recorrió la zona. A pocas cuadras del teatro, una manifestación de gremios y ambientalistas llamó la atención. Desde la aeronave fueron fotografiados. La jornada no terminó allí. Pasadas las 22:30 arribó a Paraná la presidenta Cristina Kirchner. Nuevamente se puso en acción un operativo planificado para los presidentes. La misma logística se repitió con Nicolás Maduro, de Venezuela, que llegó más tarde. El venezolano cambió los planes de la seguridad local ya que él mismo condujo el automóvil asignado para su traslado. De todos modos fue escoltado por una caravana de agentes. Por la mañana de este miércoles, la zona de exclusión se vio más reforzada que días anteriores porque a las 10:30 era la hora estipulada para la reunión de los presidentes. Los vecinos del espacio que quedó dentro de la Cumbre tuvieron que pasar por módulos de agentes que controlaban las credenciales que se entregaron durante “el censo” en el coqueto barrio paranaense. Acreditados atrás de las vallas En La Vieja Usina la seguridad fue extrema. Cada persona acreditada para la cumbre, sea de prensa, comitiva o encargados de algún servicio, tuvieron que pasar el registro de sus elementos o bolsos por un escáner. Una vez adentro, sólo fotógrafos y camarógrafos pudieron ingresar a tomar imágenes. Cronistas digitales y gráficos, de televisión y radiales fueron ubicados en una sala de prensa equipada con computadoras y televisores LED para seguir lo que sucedía en el Salón donde se reunieron los presidentes. El mismo secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, estuvo coordinando las tareas de las fuerzas de seguridad. Mientras, en Buenos Aires, un juez decidía imputarlo en una causa por enriquecimiento ilícito. Cada mandatario, llegó al histórico edificio el mismo modo en que se fue: escoltado por una fuerte guardia de seguridad. La Cumbre terminó cerca de las 18, los presidentes dejaron duras críticas al mercado financiero internacional y se habló de fortalecer vínculos entre los países de la región. El tiempo dirá cuál será el recuerdo de los paranaenses/entrerrianos sobre la Cumbre del Mercosur.