E
n un gesto sin precedentes en apoyo a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, pidió formalmente a los católicos que aporten datos e información sobre hijos sustraídos a madres desaparecidas durante la última dictadura militar, y lamentó que en estos casi cuarenta años haya habido "una red de silencio y complicidad" de la que la Iglesia no fue ajena. "Hay cerca de 400 familias que buscan a sus nietos apropiados durante la época del terrorismo de Estado", resaltó Lozano y remarcó: "Esconder la verdad o callarla también es inmoral". "No fueron niños abandonados al nacer o sin parientes. Fueron sustraídos, arrancados a su mamá y al resto de la familia", sentenció. El prelado advirtió que los cristianos "no podemos y no queremos ser indiferentes ante una realidad que nos duele a todos", al asegurar que "hay cerca de 400 familias que buscan a sus nietos apropiados durante la época del terrorismo de Estado", según señala la información del sitio Perfil.com. En un gesto sin precedentes monseñor Lozano reclamó a los católicos aportar datos e información que puedan "ayudar a restituir la identidad" de cientos de bebés, hoy adultos, y afirmó que ésta es una "obligación moral" de los creyentes. "La moral no es solamente mentir, esconder la verdad o callarla también es inmoral", aseveró en un artículo titulado "Hijos sustraídos de madres desaparecidas", resaltó. En este sentido, monseñor Lozano consideró que a los argentinos "se nos mantiene escondida una verdad que nos merecemos como comunidad nacional. No fueron niños abandonados al nacer o sin parientes. Fueron sustraídos, podemos decir arrancados, a su mamá y al resto de la familia" y agregó: "Dos vidas robadas, dos aberraciones". "Ese desprecio por la vida joven no se animó a llegar también a la muerte de la vida pequeña y se aprovecharon de la impunidad que da el poder para cumplir con el deseo de adopción que tenían ciertas personas amigas ideológicamente hablando", indicó. El obispo aseveró que "ha habido una red de silencio y complicidad que ha mantenido amordazada la verdad acerca de los bebés, ahora jóvenes adultos". Y lamentó que mientras los jóvenes buscan reencontrarse con su identidad, las abuelas "no viven lo suficiente como para verlos y su familia biológica sigue angustiada". Asimismo, denunció que "parte de esa red de silencio está formada por vecinos, parientes adoptivos, pediatras, sacerdotes, religiosas" y criticó a quienes creen "erróneamente que es mejor que no conozcan su verdadera identidad". El prelado recordó que en noviembre de 2012 la Conferencia Episcopal Argentina exhortó a acudir a las autoridades a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados o conozcan lugares de sepultura clandestina y que en julio de este año la Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos firmó una carta compromiso acerca de la búsqueda de datos que puedan ayudar a establecer la identidad de niños que fueron robados. Por último, monseñor Lozano insistió en pedir en forma coloquial: "Si tenés datos, los aportes. Si dudás de tu identidad podés dar algunos pasos" y sugirió a los jóvenes "comenzar por leer historias de otros que recorrieron ese camino" o comunicarse "con alguno de estos jóvenes, varones o mujeres, que compartieron situaciones semejantes a la tuya".