E
l ex Rector de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) Eduardo Asueta, antes de dejar su cargo, realizó una denuncia que marcaba un faltante de dinero en la caja de la Casa de la UNER de la capital entrerriana. A raíz de esta denuncia se realizó una auditoria que demostró el faltante de miles de pesos en el período 1998/2007, lo que pone en discusión la gestión del antecesor de Asueta, César Gottfried. Cabe recordar que dos funcionarias de la entidad fueron procesadas en noviembre del 2013 por el conjuez federal Rubén Efraín Cabrera, por el delito de defraudación contra la administración pública. Pero la Cámara Federal de Apelaciones revocó uno de los procesamientos, el de quien fuera la coordinadora de la sede administrativa a partir de 2002, por falta de mérito. El procesamiento que quedó firme fue el de Griselda Silvana Sattler, quién estaba a cargo del Área Contable de la Casa de la UNER desde 2007, pero como responsable de 'la caja chica' desde 2001. Se mantuvo como un secreto y se guardó bajo siete llaves. Era tal vez el más oculto de los secretos en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). El ex rector Eduardo Asueta lanzó una bomba cuyas esquirlas podrían impactar en su antecesor, César Gottfried, según señala el informe periodístico de Página Judicial. A poco de dejar su cargo, Asueta radicó una denuncia debido a que faltaba dinero en las cuentas de la casa de estudios. Una auditoría determinó que entre 1998 y 2007 habrían desaparecido cientos de miles de pesos y los ojos se posaron sobre quienes estaban a cargo de la Casa de la UNER, como se denomina a la sede administrativa que tiene el Rectorado en Paraná, y dos empleadas terminaron procesadas. Asueta estuvo a cargo de la universidad entre 2002 y 2010. El 19 de marzo de 2008, promediando su segundo mandato, recibió el informe de una investigación interna sobre las cuentas de la Casa de la UNER de la que surgieron irregularidades en el manejo del dinero y motivaron el inicio de actuaciones administrativas para determinar las responsabilidades. Una auditoría contable sobre los movimientos de dinero originados en las rendiciones del fondo permanente (presupuesto nacional) y del propio producido (lo que la universidad genera) al 31 de diciembre de los años 1998, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004 detectó un faltante de 177.903,17 pesos. En tanto, otro estudio sobre los expedientes de informes de movimientos de anticipos de fondos y del propio producido de la Casa de la UNER de los años 2005, 2006 y 2007 muestra un faltante superior a los 190.000 pesos. En el informe de la auditoría encargada por el rector surge que “el manejo de los fondos observados demostraría un desorden administrativo que podría resultar coadyuvante a los faltantes y diferencias de fondos a los que se hace referencia”. De la denuncia que presentó el propio Asueta ante la Justicia Federal surge que las irregularidades detectadas consistirían “en un incumplimiento sistemático y reiterado de las normas administrativas y contables vigentes, confección de información con datos inexactos, errores matemáticos disminuyendo ingresos, saldos bancarios denunciados en exceso, retiro de fondos en efectivo sin una rendición en tiempo y forma adecuados, gastos sin un proceso de contratación acorde a las resoluciones vigentes”. Expulsada y procesada Dos funcionarias de la Casa de la UNER fueron procesadas en noviembre del año pasado por el conjuez federal Rubén Efraín Cabrera –interviene por la excusación del Leandro Ríos–, por el delito de defraudación contra la administración pública. Pero hace unos días la Cámara Federal de Apelaciones revocó el procesamiento de quien fuera coordinadora de la sede administrativa a partir de 2002 y le dictó, en cambio, una falta de mérito. En cambio, quedó firme el procesamiento de Griselda Silvana Sattler, que estaba a cargo del Área Contable de la Casa de la UNER en Paraná, desde el año 2007, y responsable de la “caja chica”, desde 2001. La mujer no declaró en sede judicial, como tampoco lo hizo para el sumario administrativo que se tramitó en la universidad y que terminó con su exoneración, aunque allí se declaró “responsable por las diferencias no justificadas”. La auditoría realizada por los contadores de la universidad es reveladora sobre el desmanejo que había respecto del dinero en la Casa de la UNER y la responsabilidad que le cabe por ello a Sattler. “Se observa a las claras que el manejo de la caja chica por parte de la agente Sattler no fue diligente, no cumpliendo con la normativa vigente tanto en materia de reposiciones de fondos como con las rendiciones y no haciendo un seguimiento o control de ingresos y egresos de aquellos”, señala el informe expuesto 5 de julio de 2010 ante el Consejo Superior de la universidad. Los informes revelaron que “sobre un total de depósitos por 668.452,27 pesos de los ejercicios 1998, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004, (de) 177.903,17 pesos se desconoce el origen”. En 1999 la cuenta bancaria de la universidad arrojó una diferencia de 8.413,52 pesos; en 2005 la diferencia por las incorrectas rendiciones se estableció en 68.448,52 pesos e inclusive se detectaron constancias de “retiros de Sattler sin que luego exista una rendición adecuada que permita respaldar las extracciones (y) tampoco se pueden constatar las autorizaciones de cada gasto”. En 2006 la diferencia arroja un total de 80.233,39 pesos; y en 2007 el faltante se determinó en 49.050,93 pesos. El número total estimado por los contadores sobre el perjuicio a la UNER arroja la friolera de 384.049,53 pesos, aunque la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la universidad le endilga a Sattler la responsabilidad por 292.714,15 pesos. El dictamen que concluye con la exoneración de Sattler señala que “la sumariada tuvo un mal desempeño en el cumplimiento de sus funciones, tanto en su carácter de responsable del área donde se manejaban los fondos de la Casa de la UNER, recibiendo anticipos pero no efectuando las rendiciones de fondos correspondientes, reconociendo ella misma la existencia de faltantes y haciéndose responsable de los mismos, como también del inadecuado funcionamiento de la caja chica y no justificando la no contabilización de los egresos del propio producido correspondiente al curso de idiomas iniciado en 2001”. Lo cierto es que el affaire no termina ahí, porque el fiscal general ante la Cámara Federal de Apelaciones, Ricardo Alvarez, al solicitar la falta de mérito de quien fuera coordinadora de la Casa de la UNER, advirtió que “no se sabe bien cuáles fueron los hechos ocurridos”, pero no dejó de mencionar como un dato llamativo que el responsable de la Secretaría Económico Financiera en el período investigado no haya sido citado a declarar, y sugirió “profundizar la investigación” en torno a lo ocurrido. De manera que se esperan más novedades.