E
l problema laboral-sindical que se originó a principio de año en la fábrica de la empresa Baggio por el despido de trabajadores dejó de ser un conflicto de puertas adentro, cuando los ex empleados, acompañados por varios operarios de la firma, decidieron impedir el ingreso y egreso de camiones a la planta del Parque Industrial. Cerca de 60 personas, entre ellas los 43 empleados despedidos, pasado el mediodía, resolvieron en asamblea la medida de fuerza que busca encauzar la negociación con la empresa para lograr la reincorporación de los despedidos. El conflicto sindical comenzó en febrero, cuando fueron despedidos cuatro operarios, luego de haberse agremiado al Sindicato de Aguas y Gaseosas (Sutiaga), según manifestaron los propios empleados. Después de un proceso de negociación y la posterior reincorporación de los despedidos, la convivencia dentro de la fábrica pareció retomar los cauces normales. Según publicó El Día de Gualeguaychú, quienes mantienen la medida de fuerza, los más de 350 afiliados al Sindicato comenzaron a recibir presiones desde la firma para que se desafilien del gremio. La tensa calma vivida desde los primeros días de marzo estalló el pasado 27 de junio, cuando se dieron nuevos despidos. Uno de los tantos reclamos expresados por quienes sostienen la medida son las condiciones laborales. Pedro Ruíz, representante de los trabajadores, contó que “hasta febrero, en esta empresa no había representación sindical, por lo que todos trabajábamos 12 horas de lunes a lunes, sin derecho a descanso y sin posibilidad alguna de reclamo, porque te despedían”, y agregó que “el único descanso que teníamos era cuando te enfermabas, te accidentabas o te tomabas vacaciones, y aun así te descontaban los premios, el presentismo y otras variables que son como 2 mil o 3 mil pesos por mes, que para una familia trabajadora es mucha plata”. La puerta de ingreso a la fábrica estuvo bloqueada por los manifestantes durante toda la tarde. Cerca de las 20, llegaron al lugar las fiscales Martina Cedrés y Carolina Costa para tratar de encauzar el conflicto. Dialogaron con los trabajadores y con su representante legal en la puerta de la firma. También lo hicieron con los abogados de RPB. Durante cuatro horas, aproximadamente, las funcionarias estuvieron entrando y saliendo de la fábrica tratando de acercar posiciones sin mayor éxito. De un lado reclamaban la reincorporación de los despedidos o, al menos, una instancia de diálogo. Mientras que del otro reclamaban despejar el ingreso a la planta. Después de varias idas y venidas, las fiscales se comprometieron a no desalojar por la fuerza a los manifestantes “siempre y cuando continúen reclamando pacíficamente, la idea es que las partes se puedan juntar a dialogar y resolver el problema”, expresó la doctora Cedrés.