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a CGT oficialista se fue este lunes a la tarde con las manos vacías de la Casa de Gobierno. La reunión que Antonio Caló mantuvo con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, terminó con la sola promesa de analizar el temario de demandas, con especial énfasis en el Impuesto a las Ganancias, y que la semana que viene retomarán las conversaciones. El encuentro fue fruto de dos presiones cruzadas sobre los dirigentes de la CGT más cercana al Ejecutivo: por un lado, la que ejercieron las bases de sus gremios, sobre todo las comisiones internas controladas por gremialistas alineados con partidos de izquierda. Y por otro, de manera indirecta, las acciones adoptadas para protestar contra el tributo del resto de las centrales sindicales, incluso de la CTA oficialista. Esa central, con el docente Hugo Yasky a la cabeza, tendrá su encuentro este mates con Capitanich. Según consignó Ámbito Financiero, respecto de Ganancias, Caló expuso tres reclamos centrales: la suba del mínimo no imponible, que desde el año pasado es de 15 mil pesos de salario bruto (y que por la forma en que se aplicó en 2013 hará que este año no se sumen más contribuyentes); un mecanismo automático de actualización de los valores para pagarlo, y la exención en el medio aguinaldo del alcance del gravamen. El dirigente metalúrgico fue a la Casa Rosada acompañado por el líder de los estatales de UPCN, Andrés Rodríguez; el de los taxistas, Omar Viviani, y el número dos del sindicato de mecánicos (SMATA), Mario "Paco" Manrique, una comitiva distinta de la que se había acordado en el Consejo Directivo de la CGT de la semana pasada. De hecho, llamó la atención la presencia de Manrique, quien en aquel encuentro en la central obrera había sido el portavoz de la queja por la presencia de la izquierda en las fábricas. Durante la reunión con Capitanich y Tomada hubo algunas referencias a otros temas, como las suspensiones y despidos en la industria, sobre todo del rubro automotor. El ministro de Trabajo se comprometió a volver sobre esa problemática la semana próxima. Y también hubo alusiones a la próxima convocatoria al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, para la cual tanto Gobierno como la CGT más afín tienen previsto convalidar una suba del piso en torno del 32 por ciento, como informó ayer este diario. Pero el eje fue Ganancias. La expectativa de mínima de los gremialistas es que el Ejecutivo terminará por exceptuar el aguinaldo, con retroactividad, del pago del gravamen. Pese a los reclamos unificados de todos los sectores sindicales, para Cristina de Kirchner se trata de una cuestión marginal, que apenas afecta a 1.070.000 asalariados, cerca del 10% del total de trabajadores registrados. Aunque en los gremios reconocieron esa incidencia, aclararon que los empleados contemplados en el pago de Ganancias en 2013, este año pagarán necesariamente más por efecto de las subas en paritarias. En su reunión de este martes, la CTA pedirá una reforma tributaria más amplia, un aumento de emergencia a los jubilados y la convocatoria a un foro multisectorial contra los fondos buitre.