L
a jueza de la Corte Suprema de Jusitica, Carmen Argibay, se encontraba internada en el Instituto del Diagnóstico desde principio de este mes como consecuencia de complicaciones debido a un enfisema pulmonar. Falleció a los 74 años, durante el medio día de este sábado. La jueza fue incorporada a la Corte Suprema en febrero de 2005 cuando el presidente Néstor Kirchner tomó la decisión política de llevar a cabo una renovación en dicho tribunal, que hasta ese momento mantenía la conformación de la década menemista. En el mes de abril de este año, Argibay se le había practicado una angioplastía en una de sus piernas en el mismo centro médico al que fue hospitalizada. Fue propuesta por el entonces Presidente, a causa de la consideración que se tenía de ella en el ámbito internacional. Fue la primera mujer en ser nominada por un gobierno democrático para integrar el más alto tribunal de justicia de Argentina. Su par Elena Highton de Nolascofue la segunda nominada. El Senado de la Nación Argentina aprobó su designación el 07/07/2004 e ingresó a la Corte el 03/02/2005, luego de una gran resistencia de algunos sectores conservadores por sus declaraciones donde se consideraba políticamente de izquierda, atea, y que apoyaba el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Según recuerda La Nación, fue una reconocida defensora de temas de género y derechos humanos, miembro fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, fundadora de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, integrante de asociaciones de derecho penal y de defensa social nacionales e internacionales, Argibay también se había desempeñado como docente. Estaba en La Haya cuando el fallecido ex presidente Néstor Kirchner la propuso como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el 30 de diciembre de 2003. Fue la primera mujer elegida para el máximo tribunal. El proceso de selección como ministra de la Corte, en reemplazo del renunciante Guillermo López, suscitó algunas controversias por sus manifestaciones públicas en favor de la no penalización del aborto y por su "ateísmo militante". Había prestado juramento como ministra de la Corte Suprema de Justicia, "por el honor y por la Patria", el 3 de febrero de 2005.