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inalmente, el ajuste que impulsa el gobierno nacional para normalizar la economía y las cuentas públicas llegará a la energía. Los casi 7 millones de consumidores que están conectados a las redes de gas natural tendrán recortada la ayuda estatal en los próximos meses, por lo que pagarán más caro el servicio. La medida persigue dos objetivos. Por un lado, pretende achicar el peso de los subsidios sobre el gasto público. Por el otro, recomponer las finanzas y las ganancias de las compañías distribuidoras. El Ejecutivo revisa desde el año pasado las tarifas de luz y gas, con la intención de liberar los fondos del presupuesto destinados al área de energía y "sincerar" las facturas. Se trata de suculentas partidas multimillonarias: en 2013, los subsidios conllevaron más de 80 mil millones de pesos en el área metropolitana. El aumento de las facturas de gas empezará a correr al menos en mitad de año, informaron fuentes oficiales al diario BAE. La medida estaba en estudio, pero se aplazó por el fuerte impacto que tuvo la devaluación en en el bolsillo de los asalariados, que vieron reducir sensiblemente su poder de compra. El postergamiento de la modificación tarifaria responde también a que el fisco recaudará más pesos a raíz de la depreciación del peso argentino. Por lo tanto, la urgencia dejó de ser la misma. La prioridad de ajustar el gas se explica porque las tarifas del servicio están más retrasadas en comparación a las de la luz. La última vez que las distribuidoras aumentaron las facturas ocurrió en 2007. Además, de las nueve distribuidoras de gas natural del país, sólo las dos más chicas tienen ganancias operativas con los actuales precios de prestación. La mayoría de las compañías están en números rojos. Metrogas, cuyo servicio alcanza a más de 2 millones de hogares y empresas en el área metropolitana, sólo alcanzó resultados positivos en su último balance debido a que logró aplazar sus pagos de deuda hasta el año próximo. Gas Natural Fenosa, Camuzzi, LitoralGas, GasNea y GasNoa atraviesan circunstancias financieras similares. Los subsidios al gas insumen la menor parte de los $7.000 millones mensuales destinados a la energía. Las partidas que subvencionan las facturas de luz son las que insumen un mayor costo. El encarecimiento de estas últimas se convertirán más tarde en una realidad, pero lo harán en menor proporción y en un plazo más largo que las de gas.