E
n la semana en que logró recuperar la atención por su embestida contra la reforma del Código Penal, Sergio Massa logra posicionarse como el dirigente mejor ubicado para la sucesión presidencial. Si las elecciones fueran hoy, el diputado del Frente Renovador se convertiría en el candidato más votado, resultado que mantiene en los distintos escenarios frente a los principales postulantes que ya se anotaron en la pelea hacia el 2015.
Este dato surge de una encuesta nacional de la consultora Federico González y Cecilia Valladares, consultores en Marketing Político, en asociación con la firma MGMR. Según este sondeo sobre 1.200 casos, el ex intendente de Tigre obtiene el 29,3% de intención de voto a presidente, frente al 21,3% de Daniel Scioli. En este escenario, Mauricio Macri, alcanza el tercer lugar con el 16,5% de los sufragios, mientras que el ex vicepresidente y actual diputado, Julio Cobos, se queda con el 11,3%. Hermes Binner, consigue el 7,7% de los votos, por debajo de los que contestaron no saber a quién votar (8,1%).
Scioli era, hasta las elecciones del año pasado, el dirigente mejor posicionado para suceder a Cristina Kirchner. Sin embargo, la diferencia de más de diez puntos que Massa obtuvo en octubre contra el Frente para la Victoria, llevó al ex intendente tigrense a quedarse con el primer lugar en la mayoría de los sondeos presidenciales y hoy llegar a obtener una ventaja de ocho puntos frente al ex motonauta, consignó
Perfil.
Massa llega a este resultado por un alto porcentaje de voto antikirchnerista (43,5%), mientras que el 25,3% que reconoce votarlo se define independiente y el 9,4% como kirchnerista. En las últimas elecciones el diputado había logrado el voto de un sector del kirchnerismo que hoy mantiene, a pesar del esfuerzo de los distintos funcionarios de señalarlo como el principal “enemigo”. Según los propios focus group que realiza Massa sobre este electorado, se trata de votantes que adhieren a las principales políticas del gobierno nacional, pero que reclaman un cambio.
En las últimas semanas, Scioli alineó su discurso al kirchnerismo, movimientos que se reflejan en los números, ya que el mandatario obtiene un alto porcentaje de sufragios del electorado kirchnerista (79,3%), pero apenas el 9,5% se considera independiente, y el 2,2% antikirchnerista. “Scioli es el jefe del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires”, dice Massa de manera no inocente, ya que pretende que el ex motonauta no le quite votos opositores y mantenga sólo los sufragios de los electores oficialistas.
Si estos resultados se repitieran en las elecciones de octubre de 2015, Massa y Scioli serían los dirigentes que llegarían a la segunda vuelta. De acuerdo a esta encuesta realizada entre el 6 y 7 de marzo, el diputado opositor alcanzaría la presidencia con el 50,2% sobre el 33,5% del gobernador bonaerense.
En este ballotage, el diputado del Frente Renovador es quien recolecta el voto opositor de los dirigentes que quedaron en el camino, ya que el 63,2% de los votantes que optaron por Macri, se inclinarían por Massa (también atrapa al 55,1% del electorado de Binner, el 32,1% del de Cobos y hasta el 18,4% del de Jorge Altamira). En cambio, de quien más votos cosecharía Scioli es de Cobos (32,15).
El 21,3% que alcanza Scioli para llegar al ballotage sólo los consigue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo (ver página 4), en un escenario en el que el gobernador bonaerense no participaría. Algo que Scioli descarta hoy, ya que se muestra dispuesto a presentarse en los comicios aunque no obtenga el aval de la Casa Rosada.
Aunque sólo uno llegará a la presidencia, ni Scioli ni Massa están dispuestos a bajarse de esta disputa. En el sciolismo creen que el diputado competirá finalmente por la gobernación, algo que Massa rechaza de plano. “Sólo el sciolismo puede pensar que quien va primero en las encuestas le deje el lugar a ellos”, descartan en las oficinas de Tigre.
