C
omo se recordará, luego del levantamiento de los policías concordienses, por el que hay 18 funcionarios acusados de sedición, en Victoria se llevó a cabo una adhesión a la protesta y el reclamo de recomposición salarial que se produjo sin afectar el servicio de seguridad, más allá de los temores que se generaron en el sector comercial, por la incertidumbre que se generó tras el conocimiento de los saqueos en la capital del citrus y la posibilidad de que, ante un agravamiento de la situación, se diera lugar a una situación similar en las siete colinas. En la oportunidad, numerosos policías, en general de franco y retirados, se concentraron frente a la jefatura como forma de manifestar su adhesión al reclamo del sector. En ese contexto es que se produjeron los hechos que en el marco de la fuerza de seguridad dieron lugar a las sanciones. Uno de los funcionarios fue sancionado por el uso de pirotecnia, una situación que es atendible si se considera que mientras la misma Policía es garante de que no se utilicen estos elementos en las cancha o espectáculos públicos, poco coherente es que los usen mientras protestan. La segunda sanción, en este caso contra otro funcionario, es por bailar con el uniforme. Derechos especiales, obligaciones especiales Aunque las sanciones parezcan de carácter nimio, lo cierto es que los policías tienen una serie de derechos especiales, entre los que se cuenta el uso monopólico de la fuerza en la provincia, por lo que también tienen obligaciones especiales que se relacionan con esto. Tanto el uso de pirotecnia como bailar con el uniforme (y el arma en la cintura) se consideran situaciones que afectan la seguridad de la portación de armas de fuego. De ahí que esté prevista su sanción. (LT39)