E
l presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, se reunió ayer con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, con el objetivo de informarle de las diversas actividades de la Pastoral Social en la Argentina. El prelado y el titular del gabinete de ministros compartieron, junto al secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, sus preocupaciones acerca de la lucha contra el narcotráfico, haciendo especial referencia a la declaración de los obispos argentinos reunidos en asamblea plenaria en noviembre de este año y que se conoció bajo el título "El drama de las drogas y el narcotráfico". El documento episcopal alertó entonces "con dolor y preocupación" por el crecimiento del narcotráfico y sus consecuencias sobre la sociedad, observaba la falta de cooperación y reclamaba políticas de corto, mediano y largo plazos, entre las que se encontraba la designación de un nuevo titular para la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). Los obispos plantearon entonces otros aspectos preocupantes, vinculados con el delito y el crimen organizado que se generan en torno a la droga. Monseñor Lozano aprovechó el encuentro, desarrollado en la Casa Rosada, para invitar al funcionario a participar de la Semana Social 2014, que se realizará en la ciudad de Mar del Plata desde el 27 hasta el 29 de junio. "El tema de la inflación es fundamental porque ha licuado la contención de los planes sociales. Lo que falta es trabajo genuino, porque cuando se habla de desocupación se cuenta como personas ocupadas a quienes reciben planes sociales y en realidad no están ocupados", advirtió también ayer Jorge Oesterheld, vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, en diálogo con la prensa. De acuerdo con los números del INDEC, la desocupación llegó al 6,8% en noviembre. Sin embargo, para realizar el cálculo, el Gobierno incluye entre las personas que tienen un trabajo a quienes reciben asistencia social por parte de distintos gobiernos. Oesterheld aclaró que en un principio la Iglesia promovió el fomento de los planes sociales, pero en realidad no se trata una herramienta para incluir definitivamente a las grandes mayorías. "Más del 40% de las personas está en negro y hay tantos millones de personas que viven con planes sociales que se licuaron con la suba de precios", reiteró. Y continuó: "Son muchos problemas juntos, entre ellos la inflación, pero también el fracaso de las políticas de inclusión, que no han incluido porque hay gente fuera del sistema: lo que hay que hacer es ir al fondo del problema y no quedarse con una explicación simple".