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e la redacción de INFORME DIGITAL Pese a un decreto municipal que lo prohíbe, fumigaciones vienen afectando en los últimos tiempos a habitantes de Villa Paranacito como también a la actividad de pequeños y medianos productores, particularmente apícolas, generando una gran mortandad de abejas. En diálogo con Radio F5, el titular de la filial Delta de la Federación agraria argentina (FAA) Jorge Temporetti, manifestó que expresó la necesidad de adaptar e integrar las técnicas de producción y las actividades económicas al ecosistema de la zona: “desde hace ya varios años trabajamos con un concepto desde la filial en relación a cómo producir”, explicó y añadió: “tiene que ser estudiado y tratado de una forma única. No puede ser que se hagan las cosas sin ningún tipo de respeto a las formas de trabajo que tradicionalmente ha habido”. Temporetti advirtió que en el Delta se hacen diques gigantescos que cierran cauces cuando hay leyes que lo impiden. Como ejemplo mencionó que “una empresa que ha hecho un dique cierra 500 metros aguas abajo tres puentes que representan tres cruces con todos los efectos que cuando hay lluvia, sudestadas y ni hablar cuando hay inundaciones, tienen para los vecinos”. En relación con la problemática vinculada a las fumigaciones el dirigente federado sostuvo que sus consecuencias negativas no tienen sólo que ver con el glifosato sino integralmente con el llamado paquete tecnológico comercializado por la firma norteamericana Monsanto: “la fumigación no es la panacea de nada. Por ahí en este momento le está dando plata a algunos, genera una tremenda dependencia pero viene con un paquete tecnológico y en una zona con tanta humedad como la del Delta, todos los problemas de hongos, microbios y todo ese tipo de cosas se multiplica varias veces”. “Estas formas de trabajo a la legalidad la respetan muy poco. Monsanto te va a imponer sus condiciones de semillas y no va a hacer una cosa donde pueda quedar incluido un pequeño o mediano productor”, aseguró Temporetti que advirtió que poder revertir esta situación tiene su complejidad porque “hay intereses muy poderosos”. En ese marco resaltó la necesidad de que Entre Ríos cuente con una ley de regularización dominial “que respete a los verdaderos ocupantes y que tenga otro tipo de pautas”. Con esto, de alguna manera, se intentaría poner en vereda o al menos frenar la permanente influencia de intereses ajenos a la comunidad. “Acá en el Delta tenemos propiedades gigantescas que no hay en la zona de la Pampa Húmeda: el señor Pedro Pou tiene alrededor de 50.000 hectáreas lindantes con el río Gualeguay. Son grandes propietarios, gente que siempre ha estado ligada al capital financiero Escasany, Roque Fernández y algunos más. El último que se ha apropiado de una superficie muy grande ha sido Gualtieri que estuvo ligado a esa ley de Arroz del Delta Entrerriano (finalmente retirada por el Ejecutivo de la legislatura producto de fuertes protestas)”. Al mencionar algunas de las consecuencias Temporetti recordó que el año pasado hubo una enorme mortandad de peces y también hizo particular referencia a lo que ocurre con la producción apícola, “se hizo una fumigación en una propiedad que está usurpando 7 hectáreas de un vecino y le masacraron las abejas”. El ruralista relató que en aquel momento hubo compromisos de que se iban a aplicar sanciones pero “encontraron que la norma que tiene el Municipio de Villa Paranacito prohíbe la fumigación y no la pulverización y dijeron que lo que habían hecho no era fumigar sino pulverizar”. Frente a las denuncias y demandas de regulación planteadas, el titular de la FAA sostiuene que “algunos atacan diciendo que con ello estás en contra de la producción y eso es una mentira”. El dirigente reflexionó sobre las causas y la realidad que se vive en la región: “hoy en el delta del Paraná lo que rige es la ley de la selva y como sabemos en la selva el poder lo tiene el más fuerte y no somos los pequeños y medianos productores”.