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En lugar de llamar a una licitación para dar en concesión la explotación del hotel Ayuí, el presidente de la Codesal (Corporación para el Desarrollo de Salto Grande), Luis Mazurier, la tomó para sí a través de una empresa fantasma", publica el periódico concordiense Redes de Noticias en su edición de este jueves. A pesar de que los recibos de sueldos del personal del hotel siguen siendo emitidos por la empresa que hace 13 años tomó la concesión, la facturación la hace un trabajador autónomo que sería empleado de la Codesal y que tiene domicilio fiscal en el medio del campo. De corroborarse en sede judicial la vinculación se estaría ante negocios incompatibles con la función pública. Sin que mediaran procesos públicos y abiertos, la concesión del hotel Ayuí, propiedad del Estado Nacional y transferido a la provincia a través de un convenio por 30 años, fue traspasada de hecho de la empresa que ganó la licitación en 2001 a una persona que sería, de acuerdo con lo que revelaron fuentes fidedignas a diario NOTICIAS, empleado de la Codesal y que factura por todos los servicios que presta el hotel estatal. El titular de la explotación, que ni siquiera exhibe la Data Fiscal reclamada por la AFIP a todos los contribuyentes, es un joven de 29 años que tendría vínculos familiares con Luis Mazurier, presidente de la Codesal, el organismo provincial al que el gobierno le confió la administración de las áreas circundantes al lago de Salto Grande que recibió de la CTM a través de un convenio de diciembre de 2004. Alberto Jesús Villanueva, con sus 29 años, es para sus compañeros de trabajo de la Codesal un capataz que coordina el trabajo de obreros en esa Corporación estatal; para sus vecinos de Villa Zorraquín es el yerno del albañil Coco y para la AFIP es un trabajador autónomo Categoría T2 Cat. II con ingresos desde $ 20.001. Su actividad principal declarada es la de “servicios de asesoramiento, dirección y gestión empresarial realizados por integrantes de la administración y/o fiscalización en Sociedades Anónimas”. Su domicilio fiscal declarado a la AFIP es “2500 metros al oeste de la Escuela 8, Villa Zorraquín”. Una comprobación en el lugar mandaría a los inspectores de la AFIP al medio del campo, entre el boulevard Yuquerí y Osvaldo Magnasco. Si se tratase de un equívoco y la intención hubiese sido describir el domicilio real, unos 250 metros al oeste de la escuela, alcanzaba con poner el nombre de la calle Juan Manuel de Rosas y la altura correspondiente, constató diario NOTICIAS. En los papeles es quien explota la venta de servicios hoteleros en el Hotel Ayuí pese a que no hay ninguna licitación de por medio para adjudicarle la explotación de ese hotel propiedad originariamente de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande y luego transferido al gobierno de la provincia de Entre Ríos al igual que todas las áreas circundantes al lago de Salto Grande conocidas como “Perilago”. Además de ser supuestamente empleado de la Codesal, Villanueva es el presidente de FIDEINSA, sigla de Fideicomisos e Inversiones Hoteleras S.A. Esta firma, con domicilio en Laprida 2165 en el barrio de Recoleta en Buenos Aires, fue la primera empresa fantasma que Mazurier creó para tomar para sí la explotación del hotel Ayuí después de que se concretó el traspaso a la órbita provincial. Fideinsa fue creada en 2010 con el objeto de llevar a cabo “explotaciones e Inversiones Hoteleras: construcción y, explotación de hoteles, hoteles termales, tiempos compartidos, que incluyan restaurantes y bares, sus instalaciones y accesorios y/o complementarios para servicios y atención de sus clientes y cualquier actividad que esté relacionada con la hotelería”. Objeto que podría aplicarse casi en cualquiera de las áreas que la provincia le confió a la Codesal. Para despejar dudas de la vinculación de Mazurier con la adjudicación directa del hotel Ayuí, la vicepresidenta de Fideinsa, Alejandra Cáceres, tiene domicilio fiscal en Concejal Veiga 777, la sede del diario El Sol. Pero la explotación del hotel Ayuí por parte de Fideinsa no prosperó debido a que la DGI la canceló por considerarla una empresa fantasma, según los términos de la Resolución General 3358/2012. Ante esta eventualidad, Mazurier debió recurrir al presidente del Fideicomiso para que se haga cargo de la facturación por la venta de servicios hoteleros del Hotel Ayuí, aunque quedara muy en evidencia el hecho de que sea un empleado de la Codesal o incluso tenga una vinculación familiar. Un procedimiento realizado por un perito contador ante un oficial de Justicia en julio de este año a raíz de un juicio laboral, al que accedió diario NOTICIAS, constató que “las facturas emitidas por el hotel para realizar las cobranzas y demás operaciones comerciales, tanto en efectivo, tarjetas de crédito, débito, etc, se hacían a nombre del Sr. Villanueva, Alberto Jesús y no a nombre de la empresa Balace S.R.L.”. Balace SRL tiene a cargo la concesión del hotel Ayuí desde mediados de 2002 después de que la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande llamó a licitación en 2001. El traspaso del hotel a la órbita provincial provocó roces entre los concesionarios de entonces y la Codesal, cuyo presidente reclamó al entonces titular de la CTM, Julio César Freyre, que dé por concluida la concesión, pese a que no estaban vencidos los plazos. Actualmente, el titular de Balace, el abogado Oscar Bacigaluppe, mantendría una buena vinculación con el presidente de la Codesal e incluso actúa como su abogado en varias causas judiciales. La concesión debía durar 25 años, de cumplirse determinadas condiciones por parte del concesionario, entre otras convertirlo a los 18 meses de concesionado en complejo termal, lo que no se cumplió hasta la llegada de la Codesal, que lo hizo construir con fondos de Cafesg. En la pericia que tuvo lugar en el hotel se destacó que lo “único que se encontraba en el lugar a nombre de la empresa Balace S.R.L. es la planilla de personal autorizada por el Ministerio de Trabajo del año 2012 lo cual no significa que la del año 2013 no ha sido presentada ante el organismo de contralor, encontrándose vencida y con infracciones cometidas”. También aclaró el perito que “el Sr. Villanueva, Alberto Jesús no se encuentra inscripto como empleador ante la AFIP”. Informó además que “no encontré en el lugar tal como lo exige la Resolución General AFIP N 3377/2012 Data Fiscal alguna con lo cual no sé quién es el sujeto o persona jurídica que tiene la explotación del “Hotel Ayuí – Resort y Spa”, siendo esta una grave infracción según lo establece la ley de procedimientos tributarios Ley 11.683 y también artículos de la resolución antes mencionada”. Negocios incompatibles Especialistas consultados, consideraron que en caso de corroborarse en sede judicial la vinculación de Luis Mazurier con la explotación privada del hotel Ayuí, se estaría ante la comisión del delito de negocios incompatibles con la función pública. El artículo 265 del Código Penal prevé que: “Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua, el funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado, se interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación en que intervenga en razón de su cargo”. Los números del hotel El hotel Ayuí consta de 40 habitaciones disponibles de acuerdo a lo relatado por el oficial de Justicia durante el procedimiento que tuvo lugar en julio de este año. Ese día tenía 17 habitaciones ocupadas. El precio mínimo de una habitación es de $ 690 la doble estándar hasta los $ 999 de la doble Premium. Críticas a la calidad del hotel En el sitio www.tripadvisor.com.ar se pueden apreciar comentarios de viajeros que usaron las instalaciones del hotel y dejaron comentarios adversos, en la mayoría de los casos, a las condiciones y calidad del servicio del lugar. Se puede leer por ejemplo: “una pena!!!. Nosotros estuvimos con mi esposo el 3 de octubre ya habíamos estado en otras oportunidades y la verdad que el hotel está venido a menos. No sé cuál es el motivo. Muy poca limpieza. La comida ya no es la misma. Sí hay que destacar la atención es la de siempre y las piletas si el agua está muy limpia. Ojalá puedan ir mejorando para que vuelva a ser el hotel que fue”. Otra opinión dice: “Una desilusión”. Realmente me llevé una desilusión con el estado de este hotel, está ajado despintado con claros signos de gastado y falto de mantenimiento, alfombras sucias, manchadas, maderas rayadas, bañadera con el esmalte saltado, falta de mantenimiento en el hermoso parque que tiene. El bar pobre y con poco surtido. El restaurant bueno. Nada de lo que vende la página web está en las condiciones que figura. Me sentí estafado, me vendieron y cobraron por algo que no recibí, con la historia no alcanza”. Ernesto de Corrientes, publicó: “Están dejando caer lo que fue un muy buen hotel”. Es la 3° vez que nos alojamos de la anterior hace 4 años, es increíble la falta de mantenimiento, estuvimos 4 días y unos vasos que estaban en el parque cerca de la pileta se mantuvieron allí sucios toda la estadía, las piletas están totalmente rajadas, una de ellas con el piso verde y resbaloso, la sala de juego totalmente destruidas, las películas más nuevas son de 2009. Lo único rescatable es el mobiliario de las habitaciones (superiores) que está aceptable y la atención del personal del restaurant, que siempre tiene muy buena onda”. Se alojó el Enero de 2013, viajó con la familia. Entre las opiniones adversas, María José defendió: “Un hotel que devuelve la fe en el turismo argentino”. Excelente atención, habitaciones super cómodas, amplias, limpias, comidas de un nivel 4 estrellas, agua termal en las habitaciones!!! Parque con piscinas de agua termal, Personal capacitado, muy diferente al resto de la hotelería que suele “despachar” y no atender al turista”.