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incuenta meses después de haber sido condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores agravada, y cinco días después de que la Suprema Corte provincial confirmara esa sentencia, el padre Julio César Grassi fue detenido este lunes por la noche. Se ordenó su traslado a la Unidad Penitenciaria N° 39 de Ituzaingó, dentro de la Diócesis de Morón, a la que el acusado pertenece, para cumplir la sentencia. Tras escuchar los alegatos del fiscal Alejandro Varela, de los abogados querellantes y de la defensa del acusado, además de las palabras del propio Grassi, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Morón determinaron que al restar sólo una etapa procesal antes de que la condena quede firme -la apelación extraordinaria a la Corte Suprema- "existen evidencias del peligro de fuga", por lo cual ordenaron la detención inmediata del sacerdote. El cura estaba beneficiado por un régimen de libertad morigerada tras la sentencia dictada en primera instancia en 2009. Vivía frente a la Fundación Felices Los Niños, escenario de los hechos por los cuales fue condenado. Finalmente, el Tribunal falló: "la privación de la libertad durante el proceso podrá legitimarse como excepción; no debe ser la regla general, pero es nuestra obligación como jueces en nuestras resoluciones asegurar el principio de afianzar la justicia. Traducido al caso concreto, y por las circunstancias particulares que rodean el caso, existen razones debidamente fundadas para dictar una medida" así. Esas "razones" son, en especial, el riesgo de que Grassi se fugue.