P
ietro Parolin demostró algunos de sus conceptos reformadores de la Iglesia, que ayudan a entender por qué el ex arzobispo porteño Jorge Bergoglio lo eligió como su "número dos". Planteó por primera vez desde la cúpula de la Santa Sede, que el celibato "se puede discutir". Según publicó el diario La Nación, la cuestionada tradición católica que impide a los sacerdotes tener parejas "no es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica", en contraposición con los dogmas "definidos e intocables" instituidos por Jesús, opinó el arzobispo italiano de 58 años. "Es un gran desafío para el Papa porque él posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como una forma de unir a la Iglesia, no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero siempre al servicio de la unidad y todo según la voluntad de Dios. No es lo que me plazca, sino de ser fieles a lo que Dios quiere para su Iglesia", expresó el designado secretario de Estado, que reemplazará al controvertido Tarcisio Bertone. Parolin explicó también el origen de esa tradición, que se remite "a los primeros siglos". Al respecto, expuso: "después la implementación se aplicó durante todo el primero milenio, pero a partir del Concilio de Trento se insistió mucho en eso. Es una tradición y ese concepto pervive en la Iglesia porque a lo largo de todos estos años han ocurrido acontecimientos que han contribuido a desarrollar la revelación de Dios. Esta finalizó con la muerte del último apóstol (san Juan). Lo ocurrido luego ha sido un crecimiento en la comprensión y actuación de la revelación". Su relación con Francisco Parolin recordó que sólo una vez en su vida había visto a Jorge Bergoglio, cuando vino a la Argentina como subsecretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados. "Me siento muy afín a su manera de entender la iglesia y sobre todo a su estilo de sencillez y de cercanía a las personas, a su ánimo de escucharlas y de intentar, de veras, que la Iglesia pueda volver a tener una presencia significativa en el mundo de hoy", dijo sobre el papa argentino. Sobre los gays Sin duda, una de las frases más revolucionarias de Francisco desde el inicio de su pontificado, en marzo pasado, fue cuando dijo "¿quién soy yo para juzgar a los gays?" en una conversación con periodistas. "(Francisco) está diciendo que la doctrina de la Iglesia es muy clara sobre este punto moral", dijo Parolin respecto de esa frase. Y continuó: "la conducta de cada uno la juzga sólo Dios y esto lo ha dicho el Papa".