E
l polvo es una nube densa que cubre todo. Se respira y cierra gargantas. Las manos se vuelven lijas, los ojos se secan. El polvo es la secuela del colapso, lo único que quedó de ese segundo edificio que desapareció después de la fuga de gas que el martes generó la explosión. También es el aura de la primera y tercera torre que ahora son gigantes frágiles. Nueve pisos reducidos a una montaña de escombros, 300 rescatistas intentando desarmarla. Anoche, Defensa Civil confirmó que hallaron otros tres cadáveres, y más tarde uno fue identificado por la Secretaría de Salud de Rosario: se trata de Soledad Ulián Medina, que tenía 28 años y vivía con su esposo (Federico Balseiro, por ahora desaparecido) en el sexto piso del edificio que se derrumbó. Era oriunda de Paraná y estaba a punto de recibirse de arquitecta. Ahora suman trece las víctimas fatales y ocho los desaparecidos. Aún nadie ha sido rescatado con vida de ese enredo de cemento. Roberto Sánchez es el jefe de operaciones de una unidad regional que integran siete cuarteles de esta provincia. Hace 24 años que es bombero voluntario, vivió las inundaciones de 2003 y 2007 en Santa Fe y sin embargo: "Nunca vi algo así. Parece un bombardeo", dice y señala la tercera estructura que está negra, endeble, destripada. El dirige uno de los equipos que está a cargo de remover escombros. Es un trabajo manual y el más importante porque son los encargados de despejar la zona de derrumbe. Los bomberos se ponen en fila y se van pasando las piezas que luego terminan en el acoplado de un camión de Gendarmería. Así, lograron reducir la montaña de los siete metros originales a cinco. Según se publicó en Clarín, al mismo tiempo se va formando otro montículo: fotos y documentación de vecinos que habitaban el complejo. Eso no se tira: cuando termine el rescate, se entregará a las familias. "Nosotros vemos la vida de las personas desparramada. Removés y aparecen recibos de sueldo, escrituras, un osito de peluche quemado, un celular, un tenedor. Fotos. Fotos de cumpleaños, gente que sonríe en un papel", dice Roberto. Y aclara que ahí no hay compromiso emocional, que él trata de no retener las imágenes, que está concentrado, que hay que seguir. Angel Paidomani, comisario de la Federal a cargo de otro equipo de rescate, lo resume así: "Hasta que no saquemos el último ladrillo vamos a tener expectativas de encontrar gente con vida".