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a Dirección de Salud del Departamento de Río Negro inició una investigación para determinar las causas de un sorpresivo aumento de muertes fetales en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, donde se encuentra la polémica planta de celulosa UPM, ex Botnia. En dos meses hubo cinco casos en el hospital de la localidad, cuando el promedio histórico es de uno o dos por año. La denuncia de estos cinco últimos casos de muerte intrauterina, es decir de bebés que no llegan a nacer, fue elevada al Programa de Niñez de la Unidad de Descentralización Territorial del Ministerio de Salud Pública por el propio director de Salud de Río Negro, Gerardo Valiero. En ese departamento la estadística marca que se registran uno o a lo sumo dos casos de muertes fetales por año y era hasta ahora de las más bajas del vecino país. Los últimos datos hicieron saltar todas las alarmas. "Entre marzo y abril teníamos tres denuncias de óbitos fetales, es decir aquellos embarazos que no llegan a término y donde el bebé nace sin vida. La semana pasada se sumaron otros dos episodios lo que hizo encender una luz de alarma, en el entendido de que si bien puede suceder se trata de un hecho que no es común", dijo al diario El País el médico Valiero. En esa dependencia se recibieron fotocopias de las historias clínicas -las instituciones públicas y privadas están obligadas a reportar los casos de óbitos fetales y muerte perinatal- con las que se inició un trabajo que procurará explicar las razones de este fenómeno. “La frecuencia supera ampliamente lo esperado", insistió Valiero. Aunque se trata de la ciudad donde se encuentra la celulosa UPM (ex Botnia), el funcionario no hizo referencia a la posibilidad de que el problema obedezca a los efectos de la contaminación que produce esa planta, la cual es denunciada por los asambleístas de Gualeguaychú. La totalidad de los eventos, los cinco últimos casos, corresponden a mujeres que se atienden en el hospital de Fray Bentos. Pero a estos casos hay que agregar uno ocurrido en noviembre del año pasado en la mutualista local. "La auditoría intentará establecer en qué condiciones llegó cada paciente al centro asistencial y si se cumplieron todos los protocolos de actuación en cada uno de los casos. Además estamos solicitando las historias previas de esas mujeres para tener la información sobre la mesa y comenzar a analizar absolutamente todo, desde la edad gestacional, si hubo controles y se hicieron las ecografías en tiempo y forma y si hubo ingesta de alguna medicación de forma que nos permita encontrar indicios sobre las causas que desencadenaron estos hechos que son lamentables", indicó Valiero. Ese trabajo insumirá una semana, tras lo cual el funcionario tiene previsto reunirse con los técnicos que participaron en cada una de las instancias, así como también mantendrá una serie de entrevistas con las respectivas familias para saber desde su óptica qué fue lo que sucedió en cada uno de los casos. "En la medida que la auditoría avance se verá si corresponde o no iniciar otro tipo de acciones como una investigación técnica o administrativa más profunda en caso de constatarse otras responsabilidades. No podemos dejar pasar estos hechos, tenemos que estudiarlos y tratar de prevenir para que no vuelvan a suceder", explicó Valiero. Sobre las características de las madres afectadas, Valiero explicó que "existen varias situaciones con mujeres de más de 30 años hasta adolescentes de 17 y embarazos de más de 26 semanas y otros de 40 semanas, es decir algunos a término y otro que no". Algunas muertes "se originan por malformaciones congénitas que son incompatibles con la vida pero no puedo asegurar que sea eso. Estas son las situaciones más duras que aunque uno trate de prevenirlas se van a seguir dando, pero existen otros casos donde no existen malformaciones o enfermedades de la placenta de la madre que impidan oxigenar bien al bebé, que es lo que queremos determinar", puntualizó el director departamental.