E
ste martes por la mañana prestó declaración testimonial en el Juzgado Federal de Paraná, en el marco de la causa NN Facundo, un ex empleado del Hospital Militar local que dijo haber “bautizado” a los mellizos que nacieron en ese nosocomio durante la última dictadura cívico-militar y luego fueron robados a su madre, la detenida-desaparecida Raquel Negro. Luego del juicio oral y público que se desarrolló en Paraná en 2011, que terminó con la condena de cinco de los seis represores acusados, la sentencia del Tribunal Oral Federal fue recurrida y se espera su tratamiento en la Cámara Nacional de Casación Penal. Mientras tanto, continúa la investigación de los hechos, a fin de establecer cuál es el paradero de quien fue llamado Facundo por las enfermeras del Hospital Militar, donde los niños nacieron a fines de febrero o principios de marzo de 1978. En ese marco, prestó declaración como testigo un ex empleado del nosocomio de avenida Ejército, que en la época de los hechos tenía 20 años y, con el grado de cabo, trabajaba en el área de Traumatología. En la audiencia estuvieron el juez federal Leandro Ríos, el fiscal Mario Silva y los abogados querellantes Álvaro Baella y María Florencia Amore. El hombre dijo que recordaba claramente el nacimiento de los hijos de Negro y aseguró que vio a ambos con vida en la sala de Terapia Intensiva. Dijo también que acudió allí llamado por las enfermeras, cuando él se encontraba prestando servicios en la guardia médica, para “bautizar” a los recién nacidos. En la investigación hay abundantes testimonios que certifican la internación de los bebés en el servicio de Terapia Intensiva. Sin embargo, el episodio del supuesto bautismo no había sido mencionado hasta ahora en el extenso expediente. Consultado sobre por qué lo llamaron a él para administrar ese sacramento, el testigo dijo que él solamente es católico y que las trabajadoras se lo pidieron como hacían cada vez que necesitaban algo estando él de guardia. Por otra parte, manifestó que el bebé varón tenía algún problema de salud, que inclusive vio cuando le realizaban masajes cardiacos, pero no mencionó que hubiera fallecido. La hipótesis de la muerte estuvo vigente durante varios años en la instrucción de la causa Hospital Militar, pero fue durante el juicio de 2011 que se la dio por desacreditada. Esto se debió a que, además de que no existen pruebas que certifiquen la defunción, los testigos dejaron en claro que ambos mellizos fueron dados de alta del Instituto Privado de Pediatría de calle España, adonde habían sido derivados desde el hospital. En el caso de la niña, se lo pudo ubicar gracias a la palabra del exPersonal Civil de Inteligencia Eduardo Costanzo, quien reveló que había sido abandonada en la puerta de un convento en Rosario. Sin embargo, del varón no se conoce su destino. El testigo trabajó durante tres años en la institución sanitaria del Ejército, entre 1978 y 1980. Según dijo, sus jefes en Traumatología eran los médicos de apellido Rizzo, Ayala y Uriburu. El 21 de octubre de 2011, en el juicio por la causa Hospital Militar se consideró a los represores Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelog, Walter Pagano y Jorge Alberto Fariña coautores responsables de la sustracción de menores y alteración o supresión de identidad. En tanto el médico Juan Antonio Zaccaría fue considerado partícipe necesario de los mismos delitos. El Tribunal Oral Federal de Paraná impuso una condena de 14 años de prisión para Guerreri, 13 para Amelong y Fariña, 11 para Pagano, y cinco años para Zaccaría. En tanto Marino Gonzalez resultó absuelto.