E
l cardenal Jorge Mario Bergoglio asumirá formalmente como el nuevo Papa Francisco este martes, a las 6 de la mañana hora argentina, aunque los tres obispos de Entre Ríos seguirán la ceremonia desde sus diócesis, a través de la televisión. Juan Alberto Puiggari, de Paraná; Jorge Lozano, de Gualeguaychú; y Armando Collazuol, de Concordia, recibieron de la Nunciatura una petición especial formulada por el Papa también a los laicos: que eviten viajar el martes al Vaticano, y así ahorrar, y lo que ahorren de esos gastos, lo donen a obras de caridad. La solicitud llegó a los obispos por intermedio del nuncio apostólico en Argentina, Emil Paul Tscherrig. El texto del nuncio dice que “en lugar de ir a Roma para el inicio de su pontificado el próximo 19 de marzo, continúen con esa cercanía espiritual tan apreciada, acompañando con algún gesto de caridad hacia los más necesitados”. A ese gesto Bergoglio lo espera de los obispos, religiosos y religiosas, y también de los laicos. El Papa de la “supervictoria” como calificó este sábado a un diario español, se perfila ya como un hombre de gestos afables y un pontificado de humildad que, de seguro, producirán impacto y efecto hacia el interior de la curia romana. “Inútil ponerse a especular con la cifra –señaló el periódico–. Lo hacen, desde luego, los diarios italianos de esta mañana, pero más allá de que fueran 90 votos o 95, resulta evidente que el Papa Francisco se anotó una ‘supervictoria’ en la quinta y última votación del miércoles, sin olvidar que la primera ya lo había predispuesto como favorito, malogrando la teoría según la cual Bergoglio habría sido una solución alternativa al duelo Scherer–Scola que tanto propugnaron los vaticanistas”. Más lejos de las apuestas y las quinielas previas a la elección del pontífice, el sacerdote Oscar Rigoni, vocero de la diócesis de Concordia, cuenta una anécdota: el sábado, durante un encuentro con miembros de la Renovación Carismática Católica, les habló de un vaticinio. “El Papa se elige martes o miércoles”, les dijo. Todos se rieron. Rigoni redobló la apuesta. Dijo que su esperanza era que el elegido fuera menos ritualista, más sencillo, totalmente despojado de ornamentos y, sobre todo, que sacara de su vestuario esos curiosos zapatos rojos que han utilizado los pontífices desde siempre. “Les pedí que rezaran por un Papa sencillo”, cuenta. El tiempo, dice, y los acontecimientos que se sucedieron, le dieron la razón, y se alegra por el Papa que llegó, por Bergoglio. Y apunta Rigoni: “Habrá que leer atentamente lo que dice el Papa, y también lo que no dice, y, sobre todo, lo que hace. Están sorprendiendo a todos los primeros gestos del Papa”, explica. –¿Nadie de la diócesis de Concordia viaja a Roma? –Nadie, que yo sepa. El obispo, seguro, no va. La ceremonia de asunción del Papa, el martes a las 6 de la mañana, será seguida de cerca por buena parte de los obispos a través de la televisión, tal como lo harán los porteños, a partir de una iniciativa del Arzobispado de Buenos Aires, que decidió instalar una pantalla gigante en la Plaza de Mayo. El obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, también madrugará ese día para sentarse frente al televisor. Dice que tomó la decisión de no viajar a Roma mucho antes de que el Papa se los hubiese pedido. “El tema de los horarios de los aviones venía complicado. No hay vuelos disponibles, y lo que hay, es caro. Pero más allá de las complicaciones, yo ya había tomado antes la decisión; antes incluso de que el Papa enviara la carta que envió. Ese día tengo que asistir a tres fiestas patronales Así que si yo le pregunto al Papa qué quiere que haga ese día, seguramente me pediría que me quede en mi diócesis”, señaló. De todos modos, Lozano se sinceró, y dijo: “Pero debo confesar que tenía ganas de estar allá. Es un acontecimiento universal, muy importante para los latinoamericanos y para los argentinos. De modo que quienes ya han comprado los pasajes y tienen la posibilidad de viajar, me parece bien que lo hagan. Yo voy a estar siguiendo toda la ceremonia desde Gualeguaychú, por televisión. Y no bien termine la ceremonia, viajo para Galarza, a presidir la fiesta patronal”. Volviendo la mirada al Papa, Lozano habla de los gestos de sencillez y austeridad de Bergoglio, y explica: “Me sorprende en un Papa lo que hace; no me sorprende en él. Me llamó una mujer que trabaja en una organización que combate la trata de personas y me contó de sus experiencias con el cardenal. Cuando iba a verlo a Buenos Aires, iba con el pasaje de ida. Allá, le daba de comer, la atendía, y después le pagaba el pasaje de vuelta. Siempre era así”. El obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, observa modos diferentes a través de los cuales el Papa Francisco está hablando a los fieles y al mundo en sus primeras horas de pontificado. Dice: “Hay que tener en cuenta que Francisco nos predica de tres maneras. A través de su palabra oral y escrita, que es muy bella, escribe muy bien, y predica muy bien, con un tono accesible a todos. Pero también a través de los gestos, que no son impostados ni sobreactuados, sino verdadera expresión. El hecho de que saliera a saludar a los fieles, y lo primero que le pide es que recen por él, y que se inclina ante el pueblo. Es un gesto muy fuerte, que marca el modo que él entiende la autoridad, y la idea que tiene de ser servidor, especialmente de los más humildes.