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na serie de actas y notas fueron presentadas ante la Departamental de Escuelas y la oficina de Derechos Humanos de Concordia por parte de trabajadores de la escuela secundaria Nº18 “Vélez Sarsfield” contra el vicedirector, Gustavo Dri, por supuestos casos de maltrato, autoritarismo e incluso de abuso de poder. Se pudo conocer que las denuncias contra Dri apuntaron a una “falta de consulta en la toma de resoluciones con el resto de los integrantes del cuerpo directivo”, una “persecución constante para aquellos alumnos que no han pagado la inscripción” quienes incluso aseguran estar “bajo extorsión constante para que regularicen la misma”. Según algunos de los protagonistas el malestar reinante en el establecimiento se habría iniciado en el año 2010, profundizándose con el correr de los meses y llegando ahora a las autoridades de Educación en la búsqueda de una solución. El planteo presentado ante la delegación local del CGE está abalado con la firma de casi una decena de personas que prestan servicios en la institución educativa, a lo que se agregan actas y quejas de varios alumnos por “no sentirse respetados” ante los supuestos malos tratos en el aula. Entre las actas de reclamo se indica que “el vicedirector no respalda las llamadas de atención a los alumnos, dejando sin resolver situaciones conflictivas por no tomar resoluciones pertinentes y delegando así todas las responsabilidades en la asesora pedagógica”. Como así también acusaciones al vicedirector por una “constante presión y malos tratos” con el resto de la comunidad educativa, donde por ejemplo el director de apellido Lalanda subrayó -en una nota enviada a mediados de diciembre a la supervisora de la zona II de la Departamental de Escuelas- que “esa actitud abusiva en el trato cotidiano hacia todo el personal provoca un estado de malhumor y desgano en las tareas a realizar por parte del personal”. Por si fuera poco también se le atribuye “abuso de poder que se refleja en destrato (utilizando un vocabulario inapropiado), excesivo control y vigilancia, lo cual genera resistencia y malestar por parte de los actores de dicha institución”. Entre los denunciantes coinciden también que la falta de comunicación interna, no informándose las resoluciones, afectan el buen trabajo de la escuela y se afirma que “la institución funciona como si hubieran dos escuelas”. A ello se suma que los distintos miembros del establecimiento educativo dicen observar que el trabajo cotidiano “se ve afectado por los permanentes cuestionamientos del vicedirector ante la toma de algunas decisiones, además de la escasa comunicación desde el directorio hacia la secretaria” a la vez que se suma “la sobrecarga de la secretaria a tareas que no son de su función”.