E
l presupuesto para 2013 impulsado por el oficialismo fue aprobado esta madrugada en el Senado, luego de una maratónica sesión que duró más de ocho horas, con 42 votos a favor, y 23 en contra. Al terminar el debate, el senador por la UCR, Gerardo Morales, criticó la ley: "se mantiene y se conserva una matriz macrocefálica, que deja a las economías regionales al arbitrio de que corran a su suerte sin una política nacional que los ayude. También dejan una gran concentración en las grandes empresas en detrimento de las Pymes", aseguró. Y añadió: "hay cosas que no se corresponden con este proclamado modelo progresista y de inclusión". "Me parece que no hay una postura inteligente como país. Compartimos con el Gobierno la necesidad de crear una política de crecimiento del consumo. Pero también hay que atender la inflación. Brasil lo hace", remarcó. Por su parte, el legislador Miguel Ángel Pichetto, del Frente para la Victoria, justificó la norma, en diálogo con la prensa, minutos antes de la votación: "Queremos darle a la Presidenta todos los instrumentos para asegurar la gobernabilidad. Es una ley constitucional y democrática", dijo. Y agregó: "El proceso económico es un proceso de crecimiento. El dato de la inflación está, pero el objetivo siempre ha sido el crecimiento de la economía". Más temprano, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, Aníbal Fernández, inició el debate con argumentos de defensa de la ley presentada por el Ejecutivo. "La propuesta es esta", dijo. "No estamos dispuestos a ceder un tranco de pulga en lo que la Presidenta dio en llamar el beneficio siempre para los más vulnerables", sentenció. Y anticipó la postura del Frente para la Victoria a favor diciendo que la norma "es una herramienta fenomenal de trabajo". La norma El proyecto impulsado por el Gobierno, fuertemente criticado por sectores de la oposición, contempla una proyección de crecimiento del PBI del 4,4 por ciento, una inflación del 10,8 por ciento y un valor promedio del dólar de 5,10 pesos. Según el argumento esgrimido por el oficialismo, la mayor parte de los recursos estarán destinados al gasto social y la realización de obras públicas, además de sostener "políticas contracíclicas para alentar el consumo y la inversión". Siempre de acuerdo con el discurso oficial, las políticas volcadas en el presupuesto promueven el desendeudamiento mediante el controvertido uso de las reservas del Banco Central (BCRA). Los cálculos del Poder Ejecutivo estiman un crecimiento de la recaudación del 22,7%, equivalente a 822.073,5 millones de pesos. Si bien el oficialismo habla de una política impositiva progresiva, lo cierto es que la mayor recaudación está ligada a la inflación y a la mayor presión tributaria. Así, se destacan los ingresos por derechos de exportación e impuesto a las ganancias, que aportarán 77.963,5 millones de pesos y 161.579,9 millones de pesos, respectivamente.