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e la redacción de INFORME DIGITAL Entre este martes y miércoles, un equipo de la productora 100 Bares, del director Juan José Campanella (que llegó a la cúspide de su carrera con el Oscar por “El secreto de sus ojos”), estará en la capital entrerriana para realizar filmaciones en el marco de una serie de documentales que se emitirán a partir de diciembre por el Canal Encuentro. Los filmes surgen de un convenio entre el Inadi, el Ministerio de Educación, el canal y la productora para abordar diferentes temáticas sobre violencia y discriminación que se trabajan en los colegios. Para trabajar el tema de diversidad sexual se eligió Entre Ríos por el caso de Keili González, una joven travesti oriunda de Nogoyá que logró su identidad femenina y hoy estudia Comunicación Social en la capital entrerriana. Pero también la provincia fue elegida por los talleres que se vienen desarrollando en la escuela Normal de Paraná. El programa “El Inadi va a la escuela” es provincial e intenta trabajar sobre los ejes de discriminación, acoso escolar, diversidad sexual, identidad de género en las escuelas que lo soliciten. Comenzó realizándose como prueba piloto en un curso de la escuela normal de Paraná, en el marco de la materia Lengua y Literatura de cuarto año, que dicta la docente Victoria Basso, que en diálogo con Radio F5 explicó: “se trabaja desde lo literario con novelas cuentos y artículos periodísticos alrededor de estos temas. La gente del Inadi aporta su material en relación con gráficas, publicidades y videos. Se hacen charlas, debates y producciones y a partir de abril venimos desarrollando los talleres en forma continua”. “Yo leo en los chicos una violencia que evidentemente es social. Todo chico violento es un chico que fue violentado, de una u otra manera. Hay muchas maneras en las que se ejerce la violencia, pasa que seguimos pensando que tiene que ver con un hecho físico o con un hecho verbal pero hay muchas actitudes que son igualmente violentas, por ejemplo la inequidad de género, que se da en muchísimos casos, donde la mujer tiene que realizar determinadas tareas y no la dejan hacer otras actividades. Eso se ve en el seno de las familias y obviamente se reproduce dentro del aula”, advirtió la docente y señaló que los chicos “son como una esponja” que absorbe lo que está alrededor y lo repite. En consecuencia, la propuesta de estos talleres es “pensar aquello que estoy repitiendo, que estoy diciendo, porque las palabras son acciones y todo lo que digo conforma una mirada y una realidad de la que después obviamente me quejo”. “Hay modelos y patrones que se han naturalizado entonces es imposible pensarnos en un lugar diferente. A una actitud violenta le sigue una violencia más grande y esto se ha instaurado como un modo de relacionamiento entre ellos lo cual es muy peligroso. La verdad desde abril dentro del curso yo puedo leer en la cotidianeidad cambios de respeto, de comprensión y de opiniones que no sé si hubiesen sido posibles sin los talleres”, celebró la docente.