Domingo 14 de octubre de 2012
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Interés general
El entrerriano capellán mayor del Ejército es apuntado como acosador
Se trata de Mario Bonabotta, oriundo de Concordia y con parte de su formación en el Seminario de Paraná. Un suboficial que fuera su chofer dijo haber sentido acoso por parte del monseñor en distintas oportunidades.
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El capellán Bonabotta pasó por el Seminario de Paraná.
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l capellán mayor del Ejército Argentino, Mario Bonabotta, oriundo de Concordia y con parte de su formación eclesiástica en el Seminario de Paraná, está señalado como acosador por un suboficial que prestara funciones de chofer del prelado. Un artículo de Miradas al Sur señala que, a partir de una fuente que pidió reserva de identidad, dichos que fueron confirmados por otras personas, Bonabotta fue a un acto en el Regimiento de Patricios. Allí vio a un muchacho joven, suboficial, bien parecido, por quien pidió a las autoridades militares. Lo puso como chofer personal. Le encomendó en varias oportunidades que lo acompañara en viajes a Entre Ríos. En una oportunidad, el joven se sorprendió de que al parar en un hotel, el capellán pidiera una sola habitación. La primera sorpresa es que un capellán, que tiene rango de general de Ejército, no comparte dormitorio con un suboficial de baja graduación. Pero la incomodidad venía a partir de los gestos y sugerencias del capellán. En diferentes situaciones, el suboficial sintió acoso. En un momento el acercamiento físico le resultó tan violento que el suboficial reaccionó. Las manos del prelado se habían dirigido al lugar menos indicado. Desde el teléfono celular del capellán, el suboficial recibió varios mensajes de texto que no dejaban dudas de las intenciones que lo motivaban. El muchacho, de familia católica, sentía perturbación y sintió alivio cuando, al cabo de unos meses, el capellán permitió que fuera a un nuevo destino. Según la misma publicación, el caso mencionado no es el único que señala al máximo responsable de la jerarquía católica en el Ejército como acosador. Monseñor Bonabotta es hijo de una familia de Concordia, en donde reside. Nació el 5 de abril de 1957, fue bautizado en la Catedral San Antonio, se recibió de profesor de Filosofía, Pedagogía y Psicología en el Instituto del Profesorado Concordia y cursó la Teología en el Seminario de Paraná como seminarista de Concordia. Fue ordenado Sacerdote en la Basílica de Luján el 4 de diciembre de 1986, capellán del Colegio Militar de la Nación, luego vicario y párroco por diez años de la Basílica Catedral de la Arquidiócesis de Mercedes - Luján. Capellán de la Unidad Penitenciaria Nº 5 de la misma ciudad, se licenció en Filosofía en la Facultad de Filosofía, Historia y Letras de la Universidad del Salvador donde también fue profesor en la Facultad de Ciencias Jurídicas. Se desempeñó como Representante Legal de la Escuela e Instituto P. Ansaldo de Mercedes y fue profesor de varios establecimientos educativos estatales y privados de nivel secundario y terciario de esa localidad bonaerense, inclusive del Seminario Arquidiocesano de Mercedes - Luján. Desde hace seis años desempeñó el cargo de Capellán Mayor de Gendarmería Nacional desde donde recorrio el país con una tarea misionera que lo llevó hasta los lugares más recónditos de la Patria, donde los gendarmes cumplen abnegadamente con su misión. También participó de representaciones de Gendarmería en España, Francia y recientemente en Colombia. Baseotto fue también obispo militar. Había asumido a fines de 2002 con Eduardo Duhalde al frente del Ejecutivo y a mediados de 2005, cuando Néstor Kirchner ya había ordenado descolgar los cuadros de dos ex directores del Colegio Militar acusados por crímenes de lesa humanidad (Jorge Videla y Reynaldo Bignone), se despachó contra el entonces ministro de Salud, Ginés González García por la posición del funcionario sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Un mes después, el presidente Néstor Kirchner desconoció la condición de obispo castrense de Baseotto y le quitó todo reconocimiento oficial. A pesar de ello la Iglesia lo mantuvo en el cargo y en mayo del 2007, al cumplir los 75 años que establece la ley eclesiástica para la jubilación, Baseotto renunció. Desde entonces, el obispado castrense está vacante y es administrado por el sacerdote Pedro Candia. Desde que Juan Pablo Cafiero asumió la embajada argentina ante el Vaticano al final del 2008 –después del rechazo romano a la postulación de Alberto Iribarne, dada su condición de divorciado– no se avanzó. La pretensión argentina es terminar con una institución de ese tipo y que cada militar concurra a la parroquia de su barrio o a la que sus convicciones laicas o religiosas le sugieran. La edición de la revista Soldados –del Ejército– de septiembre de 2009, publicó un artículo sobre el capellán. Allí se consignaba que “Bonabotta asumió la Capellanía Mayor del Ejército en diciembre del año pasado. Su servicio comenzó en el Colegio Militar a los 18 años. Desde su nueva función habló con Soldados sobre las acciones del Obispado Castrense y la situación de espiritualidad dentro de las filas del Ejército”. Ordenado sacerdote en diciembre de 1986 en la Basílica de Luján, Bonabotta se desempeñó como vicario de la Catedral de Mercedes entre 1987 y 1990. Luego, entre 1990 y 1994, tal como señala Soldados, Bonabotta fue capellán del Regimiento de Mercedes. Es decir, durante sus siete primeros años estuvo en la órbita de Emilio Ogñenovich, arzobispo de la Arquediócesis de Mercedes-Luján. Tal como señalara en un artículo Joaquín Morales Solá en La Nación, en 1987 Ogñenovich organizó una procesión a Plaza de Mayo, encabezada por la Virgen de Luján, en contra de la ley de divorcio impulsada por el presidente Raúl Alfonsín. Ante la escasa cantidad de asistentes, Ogñenovich acusó a los obispos ausentes de haber traicionado su compromiso. Cuando se produjo el último levantamiento carapintada de fines de 1988, liderado por Mohamed Seineldín, el regimiento de Mercedes, donde revistaba Bonabotta, estaba comandado por Hugo Albete, quien fue un carapintada activo y tenía una estrecha relación con el capellán. Bonabotta, unos años después, llegó a desempeñarse como capellán mayor de Gendarmería Nacional (2003-2008). El periodista Jorge Listosella consigna en su libro Abusos sexuales, una curiosa historia. El sacerdote argentino Jesús Garay, en 1998, cuando estaba en la Iglesia Sagrada Familia de California, fue acusado de violar a una joven de 17 años, que quedó embarazada. Garay admitió que mantuvo "un vínculo" con la muchacha y aseguró que "nunca hubo forzamiento". Sin embargo, la mujer sostuvo ante los tribunales de Estados Unidos que había sido violada reiteradamente por el cura durante 1997, cuando ella tenía 17 años; es decir, cuando era menor de edad. El Vaticano trasladó a Garay de nuevo a la Argentina, y continuó como sacerdote en Concordia, Entre Ríos. Primero a cargo de la parroquia de Villa Adela y luego como capellán del Escuadrón 4 de Gendarmería. Desde ya, en la asunción, estuvo el capellán mayor de la fuerza de entonces, Mario Bonabotta. Como detalle adicional, el capellán mayor es oriundo de Concordia, y en la misma ciudad nació Christian Von Wernich, quien fuera capellán de la Bonaerense y está condenado por delitos de lesa humanidad. “Creo que más que una época de cambios –decía Bonabotta en la entrevista publicada por Soldados–, vivimos un cambio de época, es decir cambios profundos y acelerados. Sin embargo, impresiona comprobar cómo el espíritu y la fe siempre son dimensiones relevantes en la vida del hombre. A pesar de la vida acelerada, el materialismo, el individualismo y otras cuestiones, las personas siguen buscando siempre a Dios. En el Ejército éste también es un tema relevante. Sea por la misión del hombre de armas, por las grandes exigencias para él y su familia, por la necesidad de humanizar y dignificar la vida, por razones culturales la espiritualidad de la personas es determinante a la hora del cumplimiento de la misión”. Actualmente Bonabotta es profesor de Etica Profesional y de Derechos Humanos y Garantías Constitucionales en la Escuela de Cadetes de Gendarmería, Gral. D. Martín Miguel de Güemes. Inició su tarea de Capellán Mayor del Ejército desde donde se coordina la actividad de unos setenta capellanes, castrenses y auxiliares, ninguno con estado militar, distribuidos en el territorio nacional y en las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas que integran tropas argentinas.
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