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onsultada acerca de la forma en que los establecimientos educativos resuelven el problema, la secretaria General de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), Alejandra Gervasoni explicó que los directivos “se ven obligados a pedir crédito a comerciantes para proveerse de los artículos para atender las necesidades de sus alumnos y mantener los establecimientos en condiciones”, manifestó. La dirigente se refirió a la escuela especial número 3 “Carolina Tobar García”, ubicada en las calles Azcuénaga y De la Torre y Vera, en Paraná, que “hace unos días recibió 61 pesos correspondientes a la partida de limpieza de diciembre de 2011, y a principios de año, en enero, 183 pesos, de septiembre, octubre y noviembre”. La secretaria General de Agmer Paraná destacó que a la gravedad de esta circunstancia debe sumarse “la desidia: en esa escuela, la tapa de la cámara de inspección está rota, lo que implica un grave riesgo”. La sindicalista recordó que los directivos de la escuela “ya pidieron formalmente a la dirección Departamental de Escuelas de Paraná que la reemplace, pero hasta ahora eso no ocurrió. Seguramente, estarán esperando que pase algo para ocuparse”, ironizó. La docente se preguntó: “si pasa algo, ¿quién es responsable? El gobierno no se hace cargo de lo mínimo indispensable para mantener las escuelas que están funcionando como corresponde y carga sobre los directivos todas las responsabilidades, cuando él mismo no asume el rol que le compete como patronal”, se quejó. En el caso de la escuela especial número 31 “Postales de Amor”, de Cerrito, Gervasoni precisó que “en enero recibieron 195 pesos de partidas de limpieza correspondientes a los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2011, a razón de 65 pesos por mes. La verdad es que es increíble la desidia de los funcionarios con este tema. Estamos en agosto y recién pagan deuda del año pasado”, manifestó. A la falta de artículos de limpieza se suma la carencia de guantes “para cambiar a los alumnos adultos que no controlan esfínteres, con los riesgos que eso implica. Pero aún más, la situación se agrava propiciando la insalubridad a la que deben hacer frente los docentes, al cambiar pañales en niños y jóvenes especiales”. Como si eso fuera poco, agregó la gremialista, “hace meses que no compran bolsas grandes de residuos porque no les alcanza el dinero”. Gervasoni aseveró que “sólo lo que se gasta en lavandina es un monto elevadísimo, por citar el caso de la limpieza, donde no les alcanza ni para comprar guantes. Los directores deben pedir prestado o que los esperen para el pago, es cansador e injusto, dan la cara por algo que no les corresponde”, se quejó Gervasoni, y criticó a los funcionarios públicos que “no cumplen con su rol”. “El gobierno dice defender los derechos de la niñez y la educación pública, pero en los hechos nos demuestra que es todo una mentira”, señaló.