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n la madrugada del domingo pasado, dos funcionarios policiales que se encontraban de civil en el boliche bailable Hathor, en Aldea Brasilera –departamento Diamante–, protagonizaron un incidente en el que Carlos Maximiliano Acosta, de 33 años, resultó baleado. Acosta dio su versión para negar que aquel hecho se tratara de un enfrentamiento y que sólo se siente víctima de un artero ataque. “Yo tengo un impacto de bala en el maxilar y considero que el hecho en sí fue grave, porque este tipo me tiró a la cabeza. Por lo que tengo entendido, el que me tiró no sabía que yo era policía y yo desconocía que era funcionario policial. Estábamos los dos de civil”, aclaró. Con firmeza opinó: “No tengo dudas de que me quiso matar, tengo una bala alojada en el mentón, de las tres que me disparó, y según los médicos no saben si me la van a poder sacar, porque está en un lugar bastante complicado para extraerla”, narró. “Estábamos adentro del boliche, y el tal Cristian Russián volcó un vaso de cerveza a un compañero mío. Se empujaron y cayeron al piso. Los agarraron los de seguridad del local y los sacaron a la calle. Quedamos afuera y nos demoramos unos minutos ahí, hasta que finalmente decidimos irnos caminando hasta la comisaría, porque habíamos dejado el auto delante de la dependencia”, evocó. Según su relato de Acosta, una vez en la calle, “de repente se acerca una Surán gris y paró muy cerca mío, casi a una distancia de un metro y me preguntan desde adentro del vehículo ‘¿y?, ¿que pasó?’ Ahí me doy cuenta que era este muchacho –con el que se produjo un altercado–, y me efectuó los tres disparos”, manifestó. Inmediatamente, el policía aclaró que “en ningún momento tuvimos una pelea, ni tampoco problema entre nosotros, solamente me disparó”. Acerca de si tuvo alguna oportunidad, luego de este grave episodio, de intercambiar algunas palabras con el acusado de la agresión, mencionó: “¡Pero no! Además, si me lo hubiera cruzado, no sé realmente como hubiera respondido, no sé qué le hubiera hecho después de lo que me hizo”, aseveró. Confesión Acosta reconoció que pese a que ese mismo domingo entraba de servicio en la comisaría de Colonia Ensayo, que depende de la Jefatura de Policía Departamental Diamante, estaba amaneciendo en una confitería, luego de haber ingerido bebidas alcohólicas previamente en otra fiesta en Paraná. “Te digo la verdad: sí, había consumido bebidas alcohólicas, pero estaba conciente. Habíamos asistido a un cumpleaños en Paraná. Era el cumpleaños de mi hermano y en un momento decidimos venir a conocer el boliche de Brasilera, y de paso ya me quedaba después en mi lugar de trabajo, en la comisaría”, aseguró. Acosta no descarta que Russián –ahora detenido– le haya disparado al relacionarlo con la colaboración que le prestó al muchacho con el que había peleado. “Puede ser que si, que esto haya ocurrido, pero no tiene ningún justificativo una pelea, para que un policía ande a los tiros y encima con un arma trucha, porque no era la pistola policial, en su auto particular, queriendo dispararle a cualquiera que se le cruce por el medio”, razonó. “Yo lo que quiero desmentir es todo lo que he leído en las páginas de Internet en estos últimos días, de que dos policías protagonizaron una riña, cuando yo ni siquiera discutí con él”. Desarmado Pese a que existen reglamentos en los cuales se permite a los funcionarios policiales portar su arma reglamentaria, Acosta admitió que por su función en la comisaría no lleva la pistola calibre 9 milímetros que provee a cada uniformado la Institución. “Yo no uso arma reglamentaria, yo soy funcionario técnico. Solo me ocupo del papeleo administrativo en la comisaría”, aclaró.