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ecién amanecida la década de 1990, Juan Navarro, un ex ejecutivo del Citibank, comenzó a operar en el país mediante un sistema hasta entonces inédito, los fondos de inversión, y con centro de operaciones en sitios que después serían un lugar común, los paraísos fiscales. The Exxel Group fue la nave insignia de Navarro a través de la cual inició un rápido proceso de concentración de empresas en bancarrota o fuertemente endeudadas: la idea entonces era quedarse con firmas que estaban altamente endeudadas o sin rentabilidad, para luego de un proceso de saneamiento, reducción de gastos e instrumentación de un gerenciamiento eficiente, venderlas a un precio mayor al que habían sido adquiridas. Así, en 1998 el Exxel se quedó con Casa Tía, uno de cuyos dueños era el ahora dirigente político Francisco de Narváez. De ese modo, las 61 sucursales en todo el país, incluida la de Paraná, pasaron a nuevos dueños. Pero antes ya había dado otro golpe, al quedarse con la cadena Norte, y convertirse en líder en esos años del sector supermercadista. Ese mismo año, 1998, el Exxel sumó más alfiles: se quedó con la cadena local de Emilio Abud, que trocó su tradicional logo con los camellos por una identificación nacional uniforme: Norte. Al momento de venderse, Abud era la cadena más importante de la provincia, con siete bocas en Paraná, una en Victoria y otra en Nogoyá. Al año siguiente, la cadena local Los Hermanitos, propiedad de la familia del ex gobernador Mario Moine, también pasó a manos de Norte. Después, Norte sería absorbido por los actuales dueños, los franceses de Carrefour. Y abrieron el camión para las cadenas de hipermercados que después llegarían: Coto, Walmart, y subsidiaria Changomás, y Super Vea (Jumbo). Goliat y David El desembarco de las grandes cadenas arrinconó a los autoservicios chicos, y produjo una consecuencia previsible: la alta concentración del sector en pocas manos. Ni siquiera la constante apertura de nuevos autoservicios chinos ha podido torcer esa tendencia. Las cuatro cadenas de híper que operan en Entre Ríos cuentan hoy con 35 bocas de expendio –apenas una más que en 2010, lo cual da una variación casi imperceptible del 2,90%–, mientras que los autoservicios suman 252 empresas –en 2010 eran 200, lo cual da cuenta de un incremento del 26% en tan sólo un año–, pero los ingresos promedio entre uno y otro sector evidencian diferencias abismales. En Entre Ríos, y de acuerdo con datos oficiales procesados por la Dirección de Estadística y Censos, los hiper facturan al año 1.321 millones de pesos, mientras que los autoservicios llegan a los 939 millones, un 46% por debajo de sus competidores directos. Pero así y todo no están tan lejos: en el último trimestre de 2011, los híper facturaron 390 millones de pesos; y los autoservicios, 258 millones de pesos. Pero con una salvedad: los híper son apenas 5 cadenas; los autoservicios, suman 252 firmas distintas; entre éstos, muchos de los chinos. Pero si la mirada se apoya en un dato concreto, el valor promedio por cada operación en caja, las distancias aparecen de inmediato: durante el año último, los híper tuvieron un promedio de 80,33 pesos por operación, y en los autoservicios ese promedio se ubicó en 32,63 pesos. Hay otro dato para anotar: los clientes demostraron el último año que prefieren más los hiper que los autoservicios chicos. Las grandes cadenas dieron un salto del 26,4% entre 2010 y 2011 en ventas promedio por operación; en cambio, en ese mismo período los autoservicios evidenciaron una caída del 17%. Cómo se reparte En menos de un lustro, las grandes cadenas de hipermercados, que se asentaron en Entre Ríos a partir de finales de la década de 1990, incrementaron su participación en el mercado un 10%, y ya absorben el 53,1% de las ventas, arrinconando cada vez más a los autoservicios de propietarios locales. El crecimiento se asentó sobre la base de un retroceso de la participación de los autoservicios de capitales locales, que en 2007 concentraban el 57,08%, pero que año a año fueron cediendo terreno. De aquella participación del 57% en el mercado, los autoservicios de capitales provinciales pasaron en 2008 a quedarse con el 50,12 %, para finalmente seguir en retirada, y ahora están por debajo del 47%. Un último relevamiento de Estadística y Censos de Entre Ríos muestra que los híper van a la cabeza en aumento de ventas: entre 2010 y 2011 el volumen global de ventas creció un 32,77% mientras que en los autoservicios el incremento fue del 26,11%. Los últimos datos dan cuenta que por cada 100 pesos que venden los autoservicios, los hiper facturan 140 pesos. ¿En qué apoyan su alto nivel de concentración? La clave está en la variada oferta que tienen, no sólo de alimentos de la canasta familiar, sino también en rubros como ropa, calzado, electrodomésticos, electrónica, accesorios para el hogar, perfumería y farmacia, rubros en los cuales los autoservicios no pueden competir, y muchas veces ni siquiera participan. Mientras que en los hiper los productos de almacén apenas representan el 25,28% de las ventas totales, en los autoservicios significan casi el 40%. Y está claro que cuando se trata de llenar el changuito con detergentes, jabones, lavandinas y desinfectantes, el consumidor prefiere ir a las grandes cadenas: allí el 29,40% de las ventas totales están representadas por esos productos; en los autoservicios, en cambio, el rubro “limpieza y perfumería” representa un bajísimo 8,25%, casi el mismo índice que se llevan las ventas de productos electrónicos en los hiper, el 7,95%. El cliente diferencia y elige. En los hiper, la indumentaria representa el 3,16% sobre las ventas totales, por encima de las verduras, que apenas alcanzan el 2,61%; mientras, en los autoservicios, el rubro verdulería y frutería representa el 7,13%.