E
l Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) realizó una reunión ampliada el 3 de mayo, donde se planteó el rechazo de “la decisión de instalar un reloj como método de control para marcar el horario de ingreso y salida” entre los docentes. En el encuentro participó el rector Jorge Gerard, profesores y personal administrativo de esta casa de estudios. Como contrapartida, explicaron que “se propuso elevar una nota al Consejo Directivo para que no se avance con esta propuesta, en función de la autonomía de cada Facultad. Se destacó que las normas administrativas no deben ir a contrapelo del consenso de los actores universitarios y de lo que se considera debe ser la universidad”. En ese sentido, se indicó que “la decana Marcela Reynoso informó que el reloj como dispositivo de control fue presentado al Superior pero no votado especialmente. El reloj es parte de las medidas administrativas que permiten crear el sistema de control, cuya realización, según Estatuto de la UNER, está a cargo de los Consejos Directivos”, se indicó. Por su parte, el rector informó también los fundamentos de estas decisiones: “Excesos cometidos en los casos de profesores con dedicaciones exclusivas que no cumplen con funciones académicas acordes, sin investigación ni extensión y con escasas horas de permanencia en relación con los estudiantes. Esto ha devenido en grandes injusticias que es preciso corregir; en reuniones de decanos, planteado este problema, referían no contar con herramientas legales y técnicas para volver exigibles los términos del cumplimiento laboral; y los sistemas de controles y registros en cada facultad son heterogéneos y diversos, inclusive, ningún control, que no permiten centralizar la información y por eso, esta medida permite 'igualar' las condiciones de control”. Frente a esta situación “los docentes asistentes plantearon unánimemente el rechazo categórico a esta medida”. En ese marco, argumentaron: “La medida subordina el problema político académico a decisiones administrativas. Pretende resolver técnicamente problemas ético-político; fue comparada con otros sistemas de evaluación y de control que se han implementado, como el Sistema de Incentivos a la Investigación. Hay una consideración general de que el mismo ha empobrecido notablemente el sentido de la producción académica. Se advierten que el reloj provocará el mismo efecto en la práctica docente: 'estar', o asegurar el cumplimiento intramuros, antes que la producción en la comunidad”. A su vez, agregaron que “supone un retroceso histórico: una de las primeras medidas de la gestión normalizadora después de la dictadura fue, precisamente, eliminar el reloj que controlaba la asistencia del personal administrativo como un acto fundacional del período democrático; bajo la ilusión de igualdad de condiciones 'para todos' esta medida supone el abandono de la voluntad y la decisión de autoregularse, esto es, del sustento del principio de la autonomía universitaria”. Y, finalmente, expresaron: “La tradición universitaria se ha sostenido en un tipo de socialidad basada en la noción de ciudadanía: estas medidas desdoblan la ciudadanía entre controladores y controlados, y en definitiva, lo que hace es profundizar brechas y desigualdades”.