P
asadas las tres de la tarde y luego de entonar el Himno Nacional Argentino y el Himno Nacional Uruguayo, se leyó sobre el puente que une ambos países, la proclama de la octava marcha en defensa del río Uruguay. “El río Uruguay viene a mostrarnos las heridas por la acción criminal de quienes lo están destruyendo con la complicidad de quienes deberían evitarlo. Quienes estamos aquí expresamos que ya no da más que ya estamos llegando al límite del desprecio a la naturaleza”, expresaron desde la Asamblea Ciudadana Ambiental Gualeguaychú. “La marcha confirma que la determinación de nuestro pueblo es firme”, señala la proclama, y haciendo alusión al chamamé de Anibal Sampay, agregaron: “Aquel cielo azul que viaja ya no es, y en su lugar una enorme masa de agua de color verde que se extiende por todo su cauce hiere nuestra retina”. “Nuestro río hoy es una inmensa cloaca producto del vertido de las cloacas y de la agricultura industrial pero en forma determinante por los miles de contaminantes que arroja esta planta. Esto no sería posible sin la complicidad por acción u omisión de quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos y han actuado con maliciosa negligencia. Los análisis técnicos, las inspecciones a la planta y la sola observación de las aguas del río confirman los peores pronósticos, peores aún que los más pesimistas anticipos”. También reclaman que “el río Uruguay debe ser declarado en forma inmediata en estado de desastre y deben empezar ya las acciones para su recuperación. Empezando por los proyectos de dragado”. En ese sentido, en la proclama se agrega que “repudiamos la complicidad del Estado uruguayo, los gobiernos de Vazquez y Mujica no sólo nos mintieron a los ciudadanos de ambas orillas, sino que ahora con el desarme de la DINAMA y su nueva estructuración confirman la necesaria complicidad de toda una clase política que a espaldas de nuestros pueblos negocia y vende nuestra naturaleza, nuestra salud y nuestro futuro. Esta semana negaron la colocación de la boya de control porque saben que ello hubiera provocado la expulsión de la empresa”. El mensaje es contundente respecto al monitoreo: “El control y monitoreo que acordaron los gobiernos no conducirá jamás a la erradicación de la planta”. Y reitera: “Esta nueva marcha confirma que la voluntad de nuestro pueblo es inquebrantable y que nuestra conciencia social y ambiental marca un antes y un después en las luchas por la sobrevivencia y por la vida”.