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aría Isabel Cacciopoli, una de las representantes de la querella en el juicio por la causa Harguindeguy, cuestionó duramente la decisión del Tribunal Oral Federal de Paraná de de separar a Ramón Genaro Díaz Bessone del proceso al tiempo que insistió con su hipótesis de que el represor estaría ejerciendo una maniobra defensiva. También recriminó a los magistrados porque llegaron a un resultado distinto que sus pares de Rosario, en base a los mismos peritajes médicos. La abogada aseguró que la resolución del Tribunal la tomó “con muchísima sorpresa, por cuanto entendía que no se iba a resolver la cuestión de fondo y que si iban a disponer nuevas pruebas respecto de la salud de Díaz Bessone”. “Para la querella que represento, la situación procesal se encuentra clara en cuanto a que las pericias efectuadas por los peritos de parte y de la Corte, en Rosario el 1 de marzo de 2012, concluyen que Ramón Genaro Díaz Bessone comprende el procedimiento en su totalidad, pero lo que lo afecta es un estado depresivo. Él no quiere comunicarse”, indicó la letrada uruguayense. Sumó a eso que el día de la audiencia llevada a cabo por el Tribunal en el domicilio del represor en Rosario, “quedó claramente establecido por el propio médico tratante, doctor (Héctor) Panicalli, que en momentos previos a la audiencia lo había saludado y entablado una pequeña comunicación; todo está grabado y dentro de la causa”. Añadió que “el señor Díaz Bessone está enojado con los procedimientos, es por eso que no quiere colaborar; palabras del perito Oscar Pellegrini”. “La propia esposa dice 'ya no queremos defendernos, sigan el procedimiento adelante en Paraná, nosotros queremos estar en Buenos Aires'”, recordó Cacciopoli. “Tomo el relato como un testimonio de alguien cercano a Díaz Bessone”, afirmó. “No es que Díaz Bessone no comprende –capacidad para estar en juicio–, entiende, pero no quiere comunicarse –participar del proceso–. Me pregunto si no es una maniobra defensiva más. De hecho, la esposa y su médico relatan que sí se comunica con ellos”, sostuvo. También aseguró que el equipo médico de la Corte mantuvo claro que Díaz Bessone no tiene afectación en su conocimiento, sino que lo que está afectado es su voluntad, y que si se quería avanzar con grado de certeza sobre la real capacidad del encartado, se debía efectuar una resonancia magnética a fin de determinar, claramente, si no estaban afectados algunos sentidos. “Por otra parte, esta querella entiende que la capacidad de comprender no estaba discutida en autos. Es decir, la capacidad de estar en juicio. Que el tribunal en principio efectuó la audiencia de visu, para determinar si podría trasladarse hasta Buenos Aires. Que después el eje de la discusión se llevó adelante en otro sentido: si podía ser sometido a un proceso que recién se iniciaba con 31 cargos en su contra”, cuestionó. La abogada querellante manifestó su malestar por el hecho de que la capacidad para estar en juicio del represor fue evaluada en el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario recientemente y aquel informe que permitió que se siguiera adelante con el proceso no ha tenido ninguna variación médica con respecto al que se tuvo en cuenta en Paraná. “Parece que el resultado aquí obtenido es incongruente con el obtenido en el tribunal de Rosario”, reflexionó. “Hemos utilizado todas las pruebas del proceso del Tribunal Oral Nº 2, es decir los estudios médicos, peritajes psiquiaticos, neurológicos, psicológicos, pero hemos incongruentemente cambiado el resulto en uno y otro juicio. Parecería que las mismas pruebas y los mismos resultados de esas pruebas, deberían dar por resultado un idéntico fallo”, concluyó.