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omina Buchmann Báez, la estudiante paranaense que desde finales de diciembre padece el síndrome de Guillain Barré, y que estuvo más de un mes internada en el Hospital de Clínicas de San Pablo, Brasil, podría regresar esta semana a Paraná. Resta coordinar los horarios de viaje, explicó Carlos Buchmann, padre de la joven. En ese sentido, añadió: “Estamos haciendo los trámites, así que esperamos que el martes ya pueda viajar”. En realidad, el jueves 8 del actual fue dada de alta, y empezó un proceso de recuperación externada, tarea que la continuará una vez que se instale nuevamente en Paraná. El padre de la joven contó que “está bastante bien”, si bien remarcó que aún le queda un “hormigueo” en los brazos, arrastra una parálisis facial y se desplaza con alguna dificultad. Romina Buchmann, 27 años, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), viajó a Brasil la última Navidad a vacacionar. Antes, había estado en ese país como parte de un programa de intercambio cultural, pero esta vez el objetivo era distinto. A la semana de estar allí, el 31 de diciembre, aparecieron los primeros síntomas, con dolores en los miembros inferiores. En dos centros de salud a los que concurrió no le detectaron la enfermedad hasta que fue derivada a San Pablo, donde los médicos dieron con el dato cierto: había contraído el síndrome de Guillain Barré. El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno neurológico por el cual el sistema inmunológico del cuerpo ataca parte del sistema nervioso periférico. La enfermedad afecta a una de cada cien mil personas y la mayoría de los pacientes diagnosticados con esta patología se recuperan con el tratamiento médico. La enfermedad involucra un trastorno en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a parte del sistema nervioso periférico. Los primeros síntomas de esta enfermedad incluyen distintos grados de debilidad o sensaciones de cosquilleo en las piernas. En muchos casos, la debilidad y las sensaciones anormales se propagan a los brazos y al torso. Estos síntomas pueden aumentar en intensidad hasta que los músculos no pueden utilizarse en absoluto y el paciente queda casi totalmente paralizado. El síndrome comenzó a conocerse a mediados de 2011, cuando se hizo pública la situación que atravesó el joven platense Martín Renzacci, quien contrajo la enfermedad durante su luna de miel en Australia. En ese país estuvo internado durante 40 días, hasta que por fin fue traído de vuelta al país, a mediados de septiembre. Casi el mismo lapso que Romina Buchmann lleva en Brasil, en compañía de su madre Edith.