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a casa de calle Lieberman y cortada 57, estaba deshabitada desde la detención de Álvarez, y ya había sido saqueada días a tras, sin embargo en la madrugada de este lunes, personas hasta ahora no identificadas le prendieron fuego. El Fiscal que dirige la investigación, Gustavo Castillo, reconoció que el ataque vandálico de los vecinos en la vivienda donde acaecieron los hechos “fue algo sorpresivo” y que no había ordenado custodiar la casa porque no se esperaba algo así. Al momento, no se puede determinar, si fue una simple expresión de desprecio por parte de los vecinos, o si existió un claro interés en borrar evidencias hasta ahora desconocidas, pero no es un dato menor, que en la mañana del sábado, cuando argumentaba el pedido de prisión preventiva para Álvarez, Castillo aseguró que al imputado no se le podía conceder la prisión domiciliaria porque en la vivienda podría haber más evidencia del hecho que se investiga. Y precisaba que por ejemplo; en el primer allanamiento que se hizo en la vivienda, a consecuencia de la muerte de Gustavo Zapata, de 7 años, nadie notó que en esa casa yacía enterrado el cuerpo de Hugo, de 5 años y quien había sido asesinado en el mes de enero. Cuando se lo consultó por este hecho, y sus manifestaciones en la audiencia mencionada, el Fiscal dijo: “esperemos que no, las pruebas fundamentales ya han sido secuestradas y están resguardadas”. Tras la consulta respecto de la posibilidad de que con este incendio se hayan perdido indicios importantes aún no descubiertos, como ya ocurriera en la primera fase de la investigación, Castillo señaló: “Esas son especulaciones, nosotros trabajamos sobre hechos concretos”. Tras lo ocurrido, el segundo Jefe de la comisaría Séptima aseguró que “ahora se está haciendo patrullaje por el lugar varias veces al día” y opinó: “evidentemente es la forma que la gente ha encontrado para repudiar el hecho, además de algún oportunista que siempre aparece para hacer un daño”.