E

l titular de la Defensoría de Pobres y Menores Nº 1 de Concordia, Diego Ponce, quedó en una incómoda situación cuando saltó a la luz la actuación que tuvo al rubricar un acuerdo por el que se le entregó la custodia de dos niños, de 8 y 12 años, a Víctor Javier Álvarez, a quien la Justicia puso en prisión, acusado de haber dado muerte a golpes a dos menores, hijos de su pareja, Andrea Zapata. Más, por cuanto ahora se sabe con certeza, pesaban sobre Álvarez denuncias por violencia familiar. La historia macabra de aquel doble crimen comenzó a develarse el miércoles 22, aunque el desencadenante había ocurrido un par de días antes. Poco después de las 5 del lunes 20, Andrea Zapata comenzó a peregrinar con su pequeño hijo Gustavo, de 7 años, en busca de ayuda: primero al centro de salud del barrio Constitución, después en el Hospital Masvernat, pero nadie pudo hacer nada. El chico murió, víctima de la violencia doméstica, por los golpes propinados por su padrastro, Víctor Álvarez. Pero el camino del horror no concluiría ahí: Zapata, madre de Alan, de un año, y de Marcelo, de dos meses, internado en el Masvernat por una enfermedad congénita, confesó que además de Víctor, muerto a golpes, había un quinto hijo, Oscar, de 4. Pero Oscar sólo pudo hallarse cuando la mujer confesó cuál había sido su destino. También molido a golpes, había terminado sepultado debajo de una cuna, a 60 centímetros, volcados sus huesos en una bolsa de consorcio. Había sido muerto y sepultado por Álvarez. Y todo con una coincidencia perversa: la muerte de Oscar habría ocurrido el mismo día en que Andrea había dado a luz al pequeño Marcelo. Ahora, ambos, Álvarez y Zapata, están en prisión, según lo dispuso el juez de Garantías, Marcelo Garay. Y los dos menores, bajo la tutela del Estado: Alan con sus tíos y abuelos; Marcelo, internado. Procedimiento Pero el caso amenaza con tener otras derivaciones. Álvarez ya había tenido denuncias por maltrato. Su exmujer, Vanesa Corrado, con quien habían procreado dos niños, ahora de 8 y 12 años, lo había denunciado ante la Justicia por violencia familiar, y después, cansada de los golpes, decidió alejarse de él. Y después, y tras un acuerdo extrajudicial, dejó al cuidado de éste a los dos hijos. De modo que Álvarez y Zapata convivían con los cuatro hijos de ésta última, más los otros dos menores. A pesar de la existencia de esas denuncias por violencia, en septiembre de 2011 el defensor Diego Ponce le entregó a Álvarez la custodia de los dos menores, de 8 y 12 años, a partir de un acuerdo de partes entre el principal acusado por el asesinato de los dos niños y su exmujer, Corrado, como conclusión de su separación. Ahora esos dos menores han vuelto con su madre. Esa decisión ahora ha sido severamente cuestionada por cuanto se puso la custodia de dos niños en manos de una persona que cargaba con denuncias de maltrato. Ponce apeló a una cuestión numérica y dijo que “no existe de ninguna manera el registro de 19 o 20 denuncias de violencia familiar de Álvarez”, y que ese dato fue chequeado en el sistema informático en la Defensoría y en el Juzgado de Familia. “No recuerdo haber tenido contacto con los menores, aunque sí sé que hubo un dialogo entre Álvarez y su ex mujer cuando se selló el acuerdo que la ley nos permite hacer”, dijo. Ese acuerdo permitió que los dos hijos de la pareja Corrado y Álvarez pasaran a vivir con el padre. “Ahí se pidió una modificación de la tenencia y como no había elementos que demostraran que este sujeto iba a ser violento con sus hijos, se resolvió acceder al pedido”, explicó Ponce. Pero luego se corrigió: el defensor certificó que hubo cuatro denuncias por violencia de género de parte de la exmujer contra Álvarez; en una se dictó la exclusión preventiva del domicilio por actos violentos en relación a la madre. O sea, había denuncias por violencia. Cuestionamientos Fernando Rouger, delegado en Concordia del Copnaf, dice que el organismo no tuvo participación en aquel acuerdo extrajudicial que otorgó la tenencia de dos menores a Álvarez, sabiendo de sus antecedentes violentos. Y así, echa culpas sobre Ponce. “El tipo estaba denunciado desde 2007 hasta 2008. En esos casos, el Copnaf actuó juntamente con la Justicia. El operativo fue un éxito. Se le sacó a los chicos, y se le dio una vivienda a la madre. Se le dio contención, y ayuda económica. Pero el año pasado se devuelve la custodia de los chicos a Álvarez. Fue un acuerdo entre Corrado y Álvarez ante la Defensoría. Ahí actuó Ponce, refrendando ese convenio, del que nosotros no nos enteramos. A mí me sorprendió que haya refrendado una tenencia de ese tipo, sin haber averiguado ese antecedente de violencia familiar que pesaba sobre Álvarez”, dijo Rouger. Antes, Ponce había cargado contra Rouger. Dijo de él: “Me desprestigió enormemente que salga a decir que le otorgué la tenencia a alguien que tenía antecedentes de violencia contra los chicos, porque con ningún tipo que tenga 20 denuncias voy a hacer ningún acuerdo de este tipo”, a lo que agregó que “estas manifestaciones son falsas y no es así que desde esta defensoría no se investiga nada”. Lazo familiar El Copnaf resolvió que los pequeños hijos de Andrea Zapata permanezcan junto a familiares de ésta, y no en un hogar de menores. De modo que fueron entregados en custodia al abuelo y una tía, que se encargarán de su crianza. Su madre, permanece por ahora con prisión preventiva. Respecto de los otros dos niños fruto de la relación entre Álvarez y Corrado, están al cuidado de su padre, pero con un seguimiento de parte del Copnaf.