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on el Miércoles de Cenizas, se inicia el Tiempo de Cuaresma, días que la Iglesia Católica invita a sus fieles a la conversión del corazón. Durante la celebración eucarística, tras la lectura del Evangelio y la homilía, se bendecirán las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos del año pasado, para luego hacer el signo de la cruz en la frente de los fieles presentes. El rito de la imposición de las cenizas recuerda, según la Iglesia, que la vida en la tierra es pasajera y que precisamente, la vida definitiva se encuentra en el cielo. La ceniza es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección. Miércoles de Ceniza y Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre. El mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2012, reflexiona sobre el versículo 24 de la Carta a los Hebreos: “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras”. Pretende “sacudir las conciencias sobre los derechos y deberes de nuestros hermanos, pero también respecto a nuestros deberes con los “derechos” de Dios. Y todo esto debe ocurrir “en el contexto de la comunión cristiana en la que rige el principio de la reciprocidad y de la corrección fraterna, preocupándonos por el bien temporal de los seres humanos, pero también por su salvación escatológica”, manifestó el prelado.