E
l director de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, afirmó que “este es un gobierno dañino para el campo y para el pueblo”, por “soberbia y egoísmo”, al tiempo que estimó que por la sequía ya se perdió el 60% de la cosecha de maíz. También advirtió que por la política agropecuaria oficial están desapareciendo los productores chicos y hay cada vez “más concentración”. De Angeli ejemplificó que en 2006 se cerraron las exportaciones de carne, lo que provocó la desaparición de los pequeños ganaderos y una baja en el stock, a la vez que hoy la gente paga más cara la carne. “En el 2007 denunciamos que el 50% de la hacienda que iba a faena eran vacas preñadas o en capacidad de reproducción. Valía más un par de zapatillas que una vaca”, lamentó. También precisó que el valor del trigo actualmente es más barato que en 2007 pero el pan para el consumidor sale tres veces más. “Estos son los daños que hizo (el gobierno) por soberbia y egoísmo. Este gobierno es un gobierno dañino para el sector y para el pueblo”, sentenció. Para De Angeli, el Gobierno “quiere que se produzcan las 100 millones de toneladas, no les importa quien las produce”. Además el dirigente agropecuario definió a la ley de Emergencia Agropecuaria como una “ayuda espiritual”. “La ley de Emergencia es una ayuda espiritual, es nada más prorrogar todas las deudas para el año que viene. Si hubiéramos tenido un seguro obligatorio (para la época de sequía) al productor lo hubieran indemnizado y hubiera pagado los impuestos, hubiera pagado sus deudas en el banco y hubiera quedado con plata para seguir trabajando”, planteó. En este sentido, criticó a los legisladores de extracción agropecuaria de distintos partidos políticos porque no se pudieron poner de acuerdo para aprobar en el Congreso este tipo de medidas, o la eliminación de las retenciones. “Se quedaron en la pelea dentro del vestuario y no salieron a pelear a la cancha”, admitió, quien aludió a “mezquinanzas (sic) personales” y confesó que esa situación le produjo “una amargura terrible”. Sobre el impacto de la sequía, estimó que “ya está perdido el 60% de la cosecha por más que haya llovido”, y acotó que también se dañó la siembra de soja. Al respecto, indicó que “la soja de segunda en muchos lugares no se puede sembrar y la que se sembró se perdió; la lluvia lo que hizo fue cortar el proceso de pérdida de cosecha de soja, pero la que está perdida ya no hay vuelta atrás”.