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a Policía de Entre Ríos hizo conocer algunos guarismos relacionados con las actividades de control en rutas de la provincia durante el último fin de semana, que se caracterizó por el tradicional recambio quincenal de turistas que eligieron enero para vacacionar. Miles de automovilistas con sus familias, bolsos y recuerdos dentro del auto volvían a sus lugares de origen, luego de vacacionar desde el inicio del año y otros tantos, ansiosos por llegar a los lugares de veraneo en el segundo turno de enero se cruzaron en las rutas entrerrianas este fin de semana. Estaciones de servicio con largas filas de vehículos, cuyos ocupantes esperaban contar con el combustible suficiente para llegar a destino –muchas de estas expendedoras amanecieron el domingo con sus mangueras descolgadas, ante la falta de nafta súper y de diésel– generaron ansiedad en muchos viajeros. Entre los que este fin de semana se largaron a la aventura de llegar o volver, se hallan siempre los “gasoleros”, que, deteniendo su marcha a un costado del camino se organizan para comer un sanguchito y tomar una gaseosa, en medio de una sensación térmica que invitaba a hidratarse y por otro lado los que optaban por darse el gusto de buscar un parador y arrojarse sobre la típica parrillada. Controles Mientras todo transcurría plácidamente para la mayoría los veraneantes, desde la Dirección de Prevención y Seguridad Vial se impartían indicaciones para que desde diferentes lugares clave se efectúen controles exhaustivos, con la finalidad de evitar, dentro de lo previsible, accidentes ruteros y detectar el consumo de bebidas alcohólicas en los conductores. Según los guarismos que se manejaron oficialmente, este último fin de semana se labraron 1.400 actas de infracción por diferentes tipos de faltas, atentos a lo estipulado por la nueva Ley Nacional de Tránsito. Se supo asimismo que ingresaron 78.000 vehículos a la provincia de Entre Ríos durante los dos días feriados. Fueron secuestrados tres rodados por irregularidades en su documentación y se llevaron adelante 870 pruebas de alcoholemia, que arrojaron como resultado estadístico una cantidad de 20 conductores con reacción positiva, o sea que, producto de la ingesta de alcohol, no estaban en condiciones de conducir un automóvil en el momento de la prueba, por lo que se los retuvo hasta que estuvieron en condiciones de seguir viaje, aplicándosele, obviamente, la multa correspondiente en estos casos, lo que para muchos significó que sus vacaciones se malograran. En total, sumando distintas irregularidades, tanto del estado de los vehículos, como asimismo de la documentación –carné de conductor vencido, falta de seguro obligatorio, luces reglamentarias, entre otras– se labraron 1.400 actas de infracción. No obstante, no se detalló si dentro de las infracciones sancionadas, se incluyeron también por maniobras riesgosas, tales como exceso de velocidad y adelantamientos indebidos sobre doble líneas amarillas, que son causantes comunes de accidentes trágicos. Respecto al secuestro de tres vehículos en ruta se amplió el detalle informando que se trató de dos motos con adulteración de los números de cuadro y motor, y un automóvil que presentaba documentación apócrifa.