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a emisora de plásticos más grande del país había puesto en venta a mediados del año pasado su negocio de procesamiento de tarjetas, con la idea de quedarse simplemente con la gestión de la marca. Había contratado para ello al banco de inversión Morgan Stanley, que le habría acercado luego, hacia fines de noviembre, unas cinco ofertas firmes, por valores de entre 500 y 700 millones de dólares. Entre los interesados había nombres como los de Fidelity, Advent y Bain Capital, todos fondos de inversión internacionales.
La venta, no obstante, se frenó pocos días después, ante la falta de acuerdo de los accionistas de la emisora. En la Argentina, Visa es propiedad de 15 entidades bancarias que emiten la tarjeta, por lo que para cerrar la venta del negocio de procesamiento se requería al menos un 75% de los votos. Sin embargo, según confiaron las fuentes, en la última reunión de directorio del año quedó en evidencia que los bancos Macro, Credicoop, los públicos (Provincia y Nación) y los cuatro del Grupo Eskenazi (San Juan, Santa Cruz, Nuevo Banco de Santa Fe y Nuevo Banco de Entre Ríos) no darían su visto bueno a la operación. Por lo que habría quedado congelada, pese a que, por otro lado, otros accionistas, como los bancos privados BBVA-Francés, Galicia o Santander Río estaban de acuerdo en seguir adelante.
"Lo que dice el acta de directorio de Visa es que se están esperando los consensos para vender", precisaron a La Nacion desde uno de los bancos que presentó objeciones a la venta. "No se llegó a hacer una votación, se habló, y como se consideró que era necesario evaluarlo mejor, se decidió pasarlo para más adelante", dijeron desde otra entidad con la misma postura. Pero, consultados al respecto, en Visa Argentina dijeron que no iban a hacer declaraciones.
En pleno boom de consumo, se estima que el negocio de Visa Argentina les reporta a los bancos accionistas una ganancia anual del orden de los $ 100 millones, según estimaciones del mercado. La participación de los bancos en el paquete accionario de la emisora es diferenciado, pero no existe entidad con más del 20% del capital.
Un negocio de volúmen
La emisora de plásticos venía trabajando ya desde hace meses la idea de vender su negocio de procesamiento, para quedarse solamente con la gestión de la marca, que le reporta a la compañía millones de pesos anuales.
En el mundo, de hecho, el procesamiento de las operaciones de las tarjetas es un negocio cada vez más concentrado en unos pocos jugadores, dado que al ser una transacción estandarizada, su atractivo reside sobre todo en el volumen. En el país, Visa compite en el procesamiento de tarjetas con First Data Argentina, que a partir de la adquisición de Argencard, en 2007, es responsable de las transacciones de Mastercard y Diners, entre otras marcas de plásticos.
Visa es además desde hace algunos años la marca líder en el país, con cerca del 70% del mercado de plásticos, según estimaciones de la consultora norteamericana Speer & Associates con datos de 2010.
En todo el mercado argentino, de acuerdo con datos del Banco Central (BCRA) a septiembre de 2011, hay en circulación casi 23 millones de tarjetas de crédito y 21,7 millones de tarjetas de débito. Hay, a su vez, 15,3 titulares de tarjetas de crédito, por lo que una persona suele tener más de un plástico. En 2011, los préstamos con tarjeta crecieron a un ritmo de 38,7 por ciento, según datos del BCRA.
Hoy por hoy, 40 bancos emiten en el país la tarjeta Visa, entre ellos, el Santander Río, HSBC, Galicia, Patagonia, BBVA-Francés, Macro, Banco Nación y Provincia.
Visa comenzó sus operaciones en la Argentina en los años 70, cuando Visa International otorgó al Banco de Intercambio Regional (BIR) la autorización para comercializar su programa de tarjetas de crédito bajo la marca Visa en el mercado local.
