U
n suceso de extrañas características se registró en el interior del Departamento Uruguay, donde un productor ganadero de la zona de Caseros, perdió 51 novillos de su lote de ganado vacuno de manera inexplicable, a los que halló muertos sobre una altura o sombreadero, lugar denominado al que van los animales a cubrirse del sol. El extraño incidente, que hasta el momento no tuvo explicación para los especialistas, fue descubierto por Alcides Notari, el día 23 de diciembre, en el campo de su propiedad ubicado en Colonia La Sesteada, al oeste de Concepción del Uruguay, cerca de Caseros. El hecho El 23 de diciembre, Notari decidió salir a arrear su lote de 60 novillos de 450 kilos cada uno, para llevar a un corral, pero jamás imaginó lo que momentos más tarde iba a encontrar. Recorriendo el campo, encontró sólo nueve de los vacunos que buscaba y así llegó a una altura, donde comúnmente van los animales a cubrirse del sol aprovechando una arboleda, donde halló a los 51 novillos faltantes, todos muertos. El panorama era desolador. En un radio no mucho más grande que la arbolada, yacían los cuerpos de los bovinos que en muchos casos parecían haber caído producto de un disparo, pero nada de esto había sucedido, ya que no había huellas de violencia. Consternado por el panorama y la cuantiosa pérdida económica que esto representaba, el valor de las pérdidas superaba los 200.000 pesos, Notari llamó al conocido médico veterinario Lisando Germán Angelino, con una vasta experiencia de atención clínica en grandes animales, quien está a cargo de la dirección técnica de veterinaria “La Herradura” de Caseros y profesor adjunto cátedra de Zootecnia 1 y 2 y Producción e Industrias Lácteas, de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). El profesional llegó al lugar e inspeccionó cada metro cuadrado y a cada cuerpo, pero al parecer no halla aún con certeza una razón lógica. Dijo que “los cuerpos databan de aproximadamente siete a diez días de muertos. Lo extraño era que todos habrían muerto en un mismo lapso, es decir casi simultáneamente, lo que es prácticamente imposible en una intoxicación o envenenamiento, que ocurre en forma paulatina, más aún en animales de campo. En el lugar los animales pastorean y no encontró sustancias tóxicas y pastos o plantas que pudieran ser venenosas para estos vacunos. Notari es además muy cuidadoso en ese aspecto y si encuentra algún vegetan nocivo lo saca. Tampoco podrían morir por tomar agua envenenada, ya que toman agua de molino y nada indicaba esto. Lo extraño era que todos los cuerpos estaban muy próximos, pero ninguno tocando los alambrados de la zona, por lo que era raro que pudieran morir por la acción de una centella”. El profesional indicó que también llamaba la atención, si bien los cuerpos tenían queresas, no habían sido atacados por alimañas o aves de rapiña, destacando que si bien presentaban en algunos casos pequeños signos de quemaduras, los pelos del cuero no estaban dañados y el pasto seco o las copas de los árboles no estaba quemados, por lo que –si bien en la zona hubo tormentas eléctricas– no daba la impresión de haber sido un rayo. “Cuando cae un rayo es muy común que muera algún animal y se lo ha visto informado en diferentes ocasiones, pero esto es muy distinto. Por cómo se encontraron los animales, la muerte los sorprendió en pleno mediodía”, explicó Angelino, que además fue claro al indicar que jamás se había dado algo así en la zona.