P
ase a disponibilidad que predice despidos, congelamiento de salarios y vacantes, recortes presupuestarios, expresiones que no se escuchaban desde hace una década fueron repetidas en estos días por gobernadores, la mayoría de ellos impulsados por Cristina Kirchner para anunciar una oleada de ajuste que ya sumergió a ocho provincias. La paradoja es que el déficit de las provincias será este año de $ 11 mil millones, unos $ 1.000 millones superior al arrojado en la crisis de 2009, pero con una presión fiscal y recaudación récord. La situación también es complicada para los municipios. El intendente de Córdoba, Ramón Mestre, dijo ayer que no puede pagar los sueldos de diciembre. Los economistas esperan un peor escenario el año que viene, aun con el “desahogo fiscal” que significó esta semana la prórroga por dos años que les dio la Nación para el pago de deudas por $ 13.800 millones. Las provincias en problemas son Río Negro, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Córdoba, Chaco, Catamarca y Mendoza, cuyos gobernadores salieron a recortar, con diverso éxito y magnitud, gastos en salarios u obras o a refinanciar deudas e incluso lanzar bonos para evitar el default. En Santa Cruz, cuando su gobernador, el kirchnerista Daniel Peralta, lanzó en cadena provincial el proyecto de ley de “emergencia económica”, desató un caos social. Propuso elevar la edad jubilatoria, eliminar “privilegios” de los empleados públicos, suspender la paritarias, pagarles en bonos a proveedores por cuatro años y subir impuestos a casi todos los sectores. Sólo se salvaban los casinos, propiedad de Cristóbal López. El jueves, en Río Negro, aprobó la Ley de Emergencia y con ella pasó a disponibilidad por 180 días hábiles a 20 mil empleados estatales en planta permanente (sobre un total de 47 mil). Además, habilitó el uso de cianuro en la minería con fines recaudatorios. Tiene una deuda de casi US$ 1.000 millones, de la cual $ 400 millones son a proveedores, muchos de ellos del rubro salud y educación. Otras dos provincias patagónicas, Neuquén y Chubut, también hicieron mal las cuentas y ahora agradecen al Gobierno nacional. El miércoles, Cristina Kirchner prorrogó por dos años el pago de $ 13.800 millones que las provincias le adeudaban y debían empezar a pagar en 2012. Neuquén había proyectado un déficit para este año de $ 600 millones, pero será de $ 1.000 millones. Los $ 190 millones que no deberá pagarle a la Nación servirán para pagar el aguinaldo en enero. En Chubut, hasta hace unos días, se jactaban de no pedirle dinero a la Nación, pero el miércoles debió refinanciar servicios por $ 185 millones. El caso de Córdoba y Mendoza, dos provincias con fuerte recaudación, no es diferente. En la primera aumentaron los impuestos hasta 40% y ya anticiparon que no habrá más de 12% de aumento para los 100 mil estatales provinciales en 2011. En Mendoza, Francisco Pérez dijo que congelará salarios para reducir el déficit de $ 2 mil millones, la mitad de los cuales usó para pagar salarios. En Catamarca, el presupuesto 2012 implica recortes de entre 30% y 40%. El Chaco, que gobierna Jorge Capitanich, también recortará gastos y salió a refinanciar deuda. “Los problemas fiscales de las provincias se explican en que sus gastos son procíclicos, es decir que cuando la situación económica es favorable cometen el exceso de gastar de más. Cuando el crecimiento comienza a atenuarse tienen la inercia de los gastos en aumento y les es muy complicado conseguir financiamiento”, explica Marcelo Capello, del Ieral. Este año, añade, por las elecciones, tanto Nación como provincias gastaron más de la cuenta. Coinciden desde la consultora Federico Muñoz & Asociados: “El gasto de las provincias sigue lejos de moderarse y no da señales de racionalidad. Desde 2007 acumula una suba de 5 puntos del PBI y superó la barrera del 18%, dinámica que empujó las cuentas provinciales otra vez en zona de insustentabilidad. Para las provincias ha llegado la hora del ajuste fiscal”. Nadin Argañaraz, del Iaraf, estimó que, tras un resultado fiscal de 2010 “equilibrado”, este año las provincias tendrán un déficit primario (sin contar el pago de deudas) de $ 7.250 millones (0,4% del PBI) y un déficit luego de intereses de millones (0,55%). Para 2012, estimaba un déficit fiscal de un punto del PBI ($ 25 mil millones), aunque tras la prórroga de deudas de la Nación igualará al de este año, de fuerte crecimiento económico y servicios de deuda reducidos.