E
ste año avanzó en la Justicia el criterio de resolver conflictos penales por vías alternativas, entre ellas poniendo a prueba la conducta del imputado por un delito. Lesiones por accidentes de tránsito, robos simples y hurtos son los predominantes entre los hechos que involucraron a las más de 7.000 personas que están haciendo la Probation. Antes que pasen a firmar semanalmente por un Juzgado por una pena condicional, los jueces prefieren que los acusados realicen alguna tarea comunitaria o que terminen la escuela. En la Oficina Provincial de Seguimiento de la Suspensión de Procesos a Prueba del Superior Tribunal de Justicia ingresan entre ocho y nueve causas por día que hay que revisar, controlar o iniciar un proceso para que un imputado pruebe su desempeño social mediante alguna actividad. El organismo cuenta con escaso personal para toda la provincia (unas 13 personas), que realizan el seguimiento y control de los “probados”. De todos modos, destacan la inserción social de quienes delinquen luego de finalizar la Probation en organizaciones intermedias civiles, municipales y educativas. Los convenios establecidos con estas instituciones son entre 900 y 1.000 en todo el país. Los números, promediados hasta mediados de año, marcan un panorama. Alrededor del 25% de las Probation otorgadas son por robos o hurtos, muchos de ellos en tentativa (sin alcanzar a cometerlos), mientras que cerca del 20% son por lesiones culposas, mayoritariamente por accidentes de tránsito. El resto son por protagonizar diferentes hechos de violencia en los que alguien resulta lastimado, aunque no de gravedad, resistencia a la autoridad, abusos de arma, amenazas, violación de domicilio, abusos sexuales simples o incumplimientos de deberes familiares, entre otros. Un dato llamativo que figura en la discriminación por sexo de la estadística de las Probation es que de cada 10 personas que delinquen y reciben este beneficio, nueve son varones y sólo una es mujer. Según las mismas cifras, los Juzgados que más han dictado la suspensión del juicio a prueba en el mismo período, sobre el total de las Probation otorgadas (244), son los Correccional 1 con el 30% y el 2 con el 24%, (a cargo de Pablo Vírgala y Daniel Malatesta, respectivamente); y luego el Juzgado de Instrucción Nº 7, a cargo de Elvio Garzón, con el 16% de los casos. El resto han sido dictadas por los otros siete juzgados y las dos salas de la Cámara Penal. Por último, el gráfico que muestra la distribución según la edad de los “probados”, y los jóvenes dominan la porción más grande: la franja etárea que va de los 18 a los 25 años concentra el 39% de las Probation, luego le siguen los que tienen entre 26 y 35 años (23%), y luego casi en la misma cantidad los de 36 a 45 (19%) y los mayores de 45 años (20%). La gran mayoría (alrededor del 80%) de las Probation en proceso, se realizan como tareas comunitarias en diversas instituciones, pero la tendencia hoy es a fomentar la educación. Muchos de quienes delinquen están en condiciones de exclusión social y, por ejemplo, no terminaron los estudios primarios o secundarios. En este caso, si se le otorga la Probation, les recomiendan como medida de prueba que retomen el estudio, y la misma termina sólo cuando lo concluyen. O bajo el mismo criterio, el beneficio puede ser a cambio de que realicen un curso de capacitación laboral. Para esto, el Poder Judicial realizó un convenio con el Consejo General de Educación para que las escuelas no soliciten como requisito excluyente el certificado de buena conducta a aquellos que la Oficina de Probation derive para que cursen sus estudios. En este sentido, se destaca la experiencia de un joven que asistió a una escuela nocturna de Paraná como tarea de prueba de su conducta por un delito, y ahora terminó como abanderado para el acto de fin del año lectivo. Adicciones Otra de las realidades con las que se encuentran en la Oficina de Probation es el problema del consumo de drogas, motivo por el cual muchos caen en el delito. La coordinadora provincial del organismo, Bibiana Starck, quien afirma que nadie hace la regla de conducta sin antes realizar un tratamiento de la adicción y se encuentre recuperado. Para esto se los deriva a instituciones de saludo o incluso a iglesias evangélicas o pentecostales que, cada una a su manera, los tratan y los sacan de las drogas. Otra cuestión que destacan, es que hay muchas personas de otros países (principalmente Brasil y Uruguay), en general conductores de vehículos, a quienes les otorgan la Probation pero deben cumplirla en su lugar de origen, por lo cual hay que coordinar las tareas y el lugar dónde efectivizarlas.