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��Quería probar una técnica de belleza rara y me animé con la ictioterapia. Para eso le pedí a mi amiga que me hiciera la pata”, cuenta riéndose Carina, mientras sumerge los pies en una especie de pecera con 120 garra rufa, un particular tipo de peces originarios de Turquía que realizan un peeling: succionan la piel muerta de pies y manos, lo que logra una exfoliación natural en una hora. Además de esta particular técnica de belleza que es furor en otras partes del mundo, los especialistas aseguran que crece la demanda de terapias curiosas en el país. Y en ese punto las máscaras de oro, los masajes con cañas de bambú y los pulidos corporales con yerba mate molida son algunas de las propuestas que están en el tope de las más elegidas. “Es una sensación de cosquilleo durante los primeros minutos, después se convierte en un masaje; además, como el agua está templada, mejora la circulación y relaja. Los beneficios son evidentes a simple vista. A los veinte minutos, te das cuenta de lo bien que te hace a la piel”, explica Evelina Vishnevskaya, una de las dueñas de Ey! Fish Spa, quien asegura que debido a la alta demanda, tiene que dar turnos con varios días de anticipación. La sesión dura una hora y cuesta 100 pesos. Evelina asegura que buscando un tratamiento exclusivo para su spa descubrió la exfoliación de peces en unas vacaciones en Camboya y decidió traerlo al país. Si bien el mantenimiento de los pececitos que son importados de Holanda es complejo, ya planea franquicias por toda la Argentina y la instalación de una pileta más grande para realizar el tratamiento en todo el cuerpo. De oro y otras yerbas Otro de los tratamientos curiosos es la “máscara de oro”. Se trata de una especie de cobertura facial con una crema cuyo ingrediente más importante es el mineral dorado. “La máscara atenúa las líneas finas de la piel, da luminosidad, uniforma el color, es antioxidante, aumenta la elasticidad y mejora la circulación. Es muy bueno para el rejuvenecimiento de mujeres de más de 40 años. A partir de la quinta sesión, se ve bien el resultado”, explica la cosmiatra Nora Zapata, quien lo realiza en su spa. El tratamiento consiste en preparar la piel con una limpieza y una nutrición, aplicar la máscara de oro y dejarla actuar 25 minutos. Cuesta 200 pesos cada aplicación. La dermatóloga Andrea Santos Muñoz es cauta sobre su uso: “Es importante destacar que si bien se utiliza por vía sistémica en algunas enfermedades inflamatorias, en dosis altas puede ser tóxico para la salud”. Otra alternativa original son los masajes con caña de bambú. “La persona se acuesta en la camilla, le colocamos unos aceites a base de té verde o jengibre y deslizamos la caña sobre todo el cuerpo: desde la cara –con unas cañas más chiquitas– hasta los lugares donde están los chacras”, explica Graciela Giammetta, esteticista y cosmetóloga de Gimbella Spa. En el Hotel Sheraton Iguazú ofrecen un masaje con cremas a base de yerba mate y explica que “como antioxidante natural, sus propiedades terapéuticas le confieren un poder estimulante y de acción tónica que combate el sobrepeso y la obesidad”, comenta Virginia Rivera, gerente de Relaciones Públicas. Mientras Carina disfruta del cosquilleo de los pececitos en sus pies, su amiga Verónica se anima y sumerge sus manos en la pecera. “Está bueno compartir la experiencia en la que parece que estás medio loca ¡Qué dirá mi marido cuando vea esto!”.