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e la redacción de INFORME DIGITAL La llegada de Navidad y fin de año eleva exponencialmente el uso de pirotecnia que se convierte en algo cotidiano durante el mes de diciembre. Pero sobre todo el 24,25 y 31 de diciembre y el 1º de enero, pasa a ser un martirio para los animales, sobre todo los perros que son los que más visiblemente lo denotan. Sobre este tema y fundamentalmente sobre las medidas que pueden tomar los dueños para proteger a sus mascotas, Lucila García Méndez, miembro de la Asociación protectora de animales en riesgo (Apari), dialogó con radio f5 y sostuvo que lo ideal sería evitar el uso de pirotecnia pero ante lo inevitable de un hábito tan instalado recomendó que las personas que tengan mascotas las lleven a un veterinario que prescriba gotas “para bajarle los nervios y el animal está un poco más tranquilo”. Asimismo sugirió que el animal esté encerrado en lugar donde no le lleguen mucho los ruidos, tratar de no tirar pirotecnia en nuestra propia casa y tampoco atarlo. En cuanto a los riesgos de suministrar la medicación, aclaró que “el problema es cuando la persona va a suministrarle las gotas por cuenta propia sin que un veterinario le esté suministrando la cantidad necesaria”.