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e la redacción de INFORME DIGITAL Con las altas temperaturas reinantes en esta época del año, el bronceado se pone a la orden del día. Sin embargo, el desconocimiento de las consecuencias que puede acarrear una exposición inadecuada puede desembocar en nada menos que un cáncer de piel. Es por eso que ante la consulta radio f5, el Doctor Adrián Burioni (MP 10224) se explayó sobre el tema y dio algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de tomar sol. En primer lugar, aclaró que es “muy habitual” que salgan manchas en la piel producto de la sobreexposición al sol, aunque consideró necesario distinguir entre “lesiones benignas y malignas”. Dentro de las primeras se encuentran arrugas, lunares o puntos blancos en la piel, que son “lesiones normales ante la exposición solar”. Sin embargo, advirtió que tras exposiciones prolongadas, en horarios no recomendables (de 11 a 16) o sin la protección, puede ocurrir que “un lunar que tenía un aspecto normal deje de tenerlo”. El galeno comentó que los especialistas tienen en cuenta y recomiendan a sus pacientes “un ABC” como parámetro para analizar estos casos: A de asimetría (“un lunar que no es bien redondito, es para consultar”), B de bordes irregulares, C del color (“un lunar que es azul de un lado y negro del otro es como para considerar”) y D de diámetro (“un lunar de más de 6 milímetros es como para consultar con un dermatólogo”). Frente a relatos de personas que afirman haber tomado sol durante años en los horarios no recomendables y no tener cáncer, Burioni aclaró que en medicina “nunca uno más uno es dos pero ante la exposición prolongada aumenta el riesgo” ya que la falta de cuidados “favorece el desarrollo de lesiones malignas”. En este sentido ejemplificó que las personas que trabajan en el campo y normalmente están muy expuestas al sol “tienen la piel arrugada a los 50 años por fotoenvejecimiento que es el maltrato que recibe la piel por mucha exposición al sol”.