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e la redacción de INFORME DIGITAL El psicólogo Francisco Rodríguez, habló en radio f5 sobre un tema que a menudo los adultos preferimos esquivar cuando a los niños no pueden aceptar la muerte de un ser querido y sugirió que lo más recomendable es tomarlo como lo que es, un proceso natural inseparable de la vida, y recurrir al diálogo, al abrazo, al llanto para internalizar esta situación que ocurrirá una y otra vez a lo largo de nuestras vidas. Rodríguez explicó que a los niños les cuesta reconocer la muerte y viven ausencia del fallecido como “alguien que no está”, aunque “a medida que pasa el tiempo van reconociendo esto que llamamos el principio de realidad”. Sin embargo, este proceso no siempre se da naturalmente y los adultos deben saber responder a los mecanismos de negación que postergan el duelo. Parte de esta negación, que no es exclusiva de los chicos, tiene que ver según el profesional con “una cultura de ocultar la muerte”, que se expresa en que “ponemos más paredones que en el campo no se ven; en el campo los cementerios están integrados con el pueblo. Nosotros ponemos paredones para no ver la muerte, para no ver los locos, los viejos, los discapacitados”• “La vida y la muerte están conectadas en forma permanente. El vínculo que establecemos con nuestros seres queridos es lo que determina ese proceso de duelo y de separación”, indicó. Normalmente a nuestro inconsciente “le lleva un tiempo” reconocer la desaparición y eso es es importante trabajarlo con los chicos porque “si no se elaboran los duelos va a ser una cuestión de toda la vida que no va a poder superar”. Al producirse la muerte de un familiar o cualquier ser querido “muchas veces aparece enojo en los chicos, ira se portan mal, se ponen violentos o si son muy chiquitos producen regresiones”. “Los adultos tenemos que estar atentos a estas manifestaciones acerca de la muerte, que siempre son mecanismos que tienen que ver con la depresión y con el aislamiento”, advirtió el psicólogo y recomendó “también llorar con ellos y darnos cuentas de que alguien ha desaparecido”.