E
l hecho ocurrió en la intersección de calles Sudamérica y Pringles, y llamó la atención la gran cantidad de impactos de proyectiles de armas de fuego, que da una pauta de lo letal que intentó ser el atentado, y la impunidad con la que se manejaron los delincuentes, quienes una vez terminada su faena subieron a un automóvil y huyeron. Desde la Comisaría Cuarta se informó que según datos recogidos posteriormente se estableció que “personas de sexo masculino habrían realizado disparos de arma de fuego en dirección de un domicilio y desde corta distancia, al parecer desde los techos”. La Policía confirmó que los moradores de la casa atacada no presentaron denuncia alguna y que por el momento no se habían realizado detenciones. “Se tomó conocimiento del hecho, a través de una llamada a la sala del Comando Radioeléctrico, aunque también desde el móvil de la jurisdicción se escucharon las detonaciones por lo que se concurrió al lugar”, explicaron los uniformados, quienes admitieron que los vecinos no aportaron información suficiente como para lograr ubicar el rodado. La ausencia de testimonios, se especuló, podría responder al temor de los vecinos a quedar involucrados como informantes de la Policía. Los disparos no provocaron heridos, ni se conoce el motivo del atentado, pero los investigadores no dejaron de resaltar que “los impactos de bala serían numerosos”. Se informó además que cuando acudió la policía, en la vivienda atacada “no había nadie”, lo que contribuyó para que no se registraran heridos, pues las balas penetraron por distintos lugares a los ambientes interiores. El parte oficial hace mención sobre la presunta existencia de pistas que favorecerían la individualización del rodado, y pese a que no aporta mayores indicios, trascendió que el hecho tendría como origen un viejo enfrentamiento entre dos familias, pleito que tendría como protagonistas a determinados sujetos con antecedentes penales.