Miércoles 21 de septiembre de 2011
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Interés general
Con la declaración de Costanzo, sigue el juicio por robo de bebés
El ex agente de inteligencia del Ejército dio los primeros datos que permitieron la restitución de la identidad a Sabrina Gullino. En 2007 contó en sede judicial cómo fue el traslado de Raquel Negro a dar a luz en el Hospital Militar.
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Sigue el juicio por la apropiación de los hijos de Raquel Negro.

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uvieron que pasar casi veinte años para que alguien contara, desde adentro, cómo funcionaba la patota. Un militar apareció un día de 1992, enojado, dispuesto a contar detalles sobre el funcionamiento del aparato represivo. Habló entonces sobre el asesinato de militantes montoneros en una casa-quinta ubicada sobre la autopista Rosario-Santa Fe y años después fue más allá. Eduardo Rodolfo Costanzo tenía entonces 57 años, era asesor del senador nacional justicialista Luis Rubeo y su accionar estaba amparado por la vigencia de las leyes de obediencia debida y punto final. Poco se hablaba de los crímenes de la dictadura y ese paraguas protegía a un ex agente de inteligencia del Ejército que integró la patota rosarina desde julio de 1977 hasta fines de noviembre de 1978, cuando fue enviado a Tucumán, donde se ganó el apodo de Tucu o Tucumano. Hoy, a los 76 años, Tucu Costanzo purga una condena de prisión perpetua, que recibió en abril del año pasado, por 24 casos de privación ilegítima de la libertad agravada y 16 casos de homicidio agravado por alevosía. Esos homicidios son los que había ido a denunciar aquel día de 1992 a la Redacción de Rosario/12. En el mismo juicio fueron condenados Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong y Walter Salvador Pagano, ahora imputados por robo de bebés. Su testimonio estaba previsto para el 31 de agosto pasado, pero el represor no se presentó y en cambio envió una serie de certificados médicos en los que se consignaba que padecía un cuadro de diverticulitis aguda que le impidió viajar a Paraná. Clave Costanzo declaró el 27 de noviembre de 2007 ante la jueza federal Myriam Galizzi. En esa ocasión contó que Raquel Negro fue trasladada a Paraná porque en la capital entrerriana funcionaba “el único hospital militar de la zona”, que el operativo estuvo a cargo de Paúl Alberto Navone –integrante del Destacamento de Inteligencia 122, con sede en Santa Fe, que se suicidó el día que debía presentarse a declarar–. El represor señaló además que Raquel Negro fue internada en el Hospital Militar como sobrina del jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, Leopoldo Fortunato Galtieri, “y siempre estaba custodiada por personal que venía desde Rosario y se relevaba cada 24 horas; tenía una habitación alejada, con dos camas, una ocupada por ella y otra por el custodio. Todo esto hasta el nacimiento de los bebés”. Según dijo, el operativo fue coordinado por Marino González, que a su vez era quien organizaba las guardias. En aquella declaración afirmó que “el chiquito había nacido muerto, de acuerdo con lo que contaron Pagano y Amelong, y a la nena la dejaron en un convento en Rosario, esperaron un momento, dejaron el timbre conectado con un escarbadientes y salieron corriendo cuando una monja preguntó qué buscaban, según dijo Pagano”. Este testimonio fue clave para la reconstrucción de la historia de aquella beba y terminó en 2008 con la restitución de la identidad a Sabrina Gullino, la hija de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacida en el Hospital Militar en marzo de 1978. Cómo sigue En esta quinta semana del juicio concluirá el desfile de testigos. Además de Costanzo, darán testimonio el diputado nacional Miguel Bonasso y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que es querellante en la causa. Ambos lo harán el jueves por un sistema de videoconferencia desde la sede del Consejo de la Magistratura de la Nación. Sin embargo, es casi un hecho que Jorge Eduardo Rossi, el cuarto socio del Instituto Privado de Pediatría (IPP), al que fueron derivados los mellizos que dio a luz Raquel Negro en el Hospital Militar, no declarará en el debate oral y público, ya que permanece internado en la Clínica España a raíz de un cuadro de endocarditis. Además, se realizarán las inspecciones judiciales en el Hospital Militar y del IPP. Luego de ello habrá una semana sin actividad y, a partir del 5 de octubre serán los alegatos de los fiscales, querellantes y defensores y los imputados tendrán la posibilidad de decir sus últimas palabras, previo a la sentencia que deberá dictar el tribunal integrado Roberto López Arango, Lilia Carnero, Juan Carlos Vallejos y María Ivón Vella.
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