D
e la redacción de INFORME DIGITAL El lunes 29 de agosto se produjo un asalto en el casino de Crespo dando como resultado la sustracción por parte de los delincuentes de “entre 200.000 y 300.000 pesos”, según comunicaron desde el Instituto de ayuda financiera a la acción social (Iafas). El 17 de agosto de 2010, en Concordia, los malhechores se habían alzado con una cifra similar luego de un audaz atraco. Estos hechos han puesto sobre la mesa el problema de la seguridad en las salas de juego y desde la Asociación de trabajadores del Estado (ATE) muestran preocupación por el peligro que corren tanto los trabajadores como los apostadores. “Lo que más nos preocupa es que no se toman las medidas de seguridad que se tienen que tomar”, advirtió el secretario adjunto del gremio, José Galárraga, en comunicación con radio f5. Si bien se incorporó un adicional más de la policía, Galarraga sostuvo que “no es suficiente, no se está contratando un servicio de caudales para la recaudación. En salas como la de Paraná se hace indispensable un cierre en alguna hora para sacar el dinero y está abierta absolutamente las 24 horas”. “Persecución” El gremialista denunció que después del robo en Crespo un delegado de ATE del Iafas “hizo una serie de advertencias en función de la inseguridad permanente que viven los compañeros y en vez de convocar para ver cuál sería la solución le enviaron una carta documento amenazándolo con sanciones”. Asimismo, el secretario adjunto de ATE aseguró que “después del conflicto por la privatización del juego, el Iafas nos ha cortado todo tipo de participación. Más que participación hay una constante persecución hacia nuestros delegados”, concluyó.