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ste miércoles continuarán las declaraciones en el juicio por el robo de los bebés que dio a luz Raquel Negro en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978. Con esos testimonios se presentará la tercera semana del proceso oral y público contra seis represores, el primero que se desarrolla en la provincia de Entre Ríos. Los ex militares Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Pagano y Marino Héctor González; junto con el médico anestesista Juan Antonio Zaccaría, quien se desempeñaba como jefe de terapia intensiva del Hospital Militar, están acusados por los delitos de sustracción de menores y sustitución de identidad en el caso de los mellizos que dio a luz Raquel Negro. Sabrina Gullino es la nieta número 96 a quien las Abuelas de Plaza de Mayo restituyeron su identidad, el 23 de diciembre de 2008. Pero hasta el momento no se ha podido establecer el paradero del mellizo varón. En la continuidad de las audiencias, a partir de las 10 de este miércoles, el Tribunal Oral Federal, integrado por Roberto López Arango, Lilia Carnero, Juan Carlos Vallejos y María Ivón Vella (jueza sustituta), escuchará la declaración de otros seis empleados del Hospital Militar. De todas maneras, la expectativa central está puesta en lo ocurra el jueves y viernes, a partir de lo que puedan aportar las enfermeras, médicos y directivos del Instituto Privado de Pediatría (IPP), al que fueron derivados los hijos mellizos que dio a luz Raquel Negro. Las condiciones en que ingresaron y egresaron del centro privado y quién se hizo cargo de los bebés serán los puntos que intentarán desentrañar los fiscales y querellantes para avanzar en la investigación para la localización del varón. Según la investigación judicial, al día siguiente de su nacimiento, los mellizos fueron derivados al IPP por complicaciones en su estado de salud. En rigor, las enfermeras y médicos que han declarado en el juicio oral y público dejaron en claro que los chicos y la madre fueron retirados del Hospital Militar en las horas posteriores al parto. Según la investigación judicial, los mellizos fueron derivados al Instituto Privado de Pediatría. En los registros del nosocomio consta el ingreso de la nena como “López, Soledad” el 4 de marzo y el varón como “López, NN” el 10 de marzo. Y el egreso de ambos fue registrado el 27 de marzo. Se sabe que la nena fue dejada abandonada en el Hogar del Huérfano de Rosario por los imputados Amelong y Pagano y luego dada en adopción legal a través de un Juzgado de Menores; pero del varón se perdió completamente el rastro. En la tercera jornada del juicio, Guerrieri aseguró que Paúl Alberto Navone, el mayor del Ejército que dependía del Destacamento de Inteligencia 122 de Santa Fe, asesinó a Raquel Negro “y se quedó con sus hijos”. Esta afirmación motivó una presentación de los fiscales Mario Silva y José Candioti para que el juez federal de Paraná, Gustavo Zonis, se investigue esta pista. En primera persona La semana pasada, Sabrina Gullino, la hija de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, declaró que “hay un acta de ingreso de Soledad López del 4 de marzo y otra de NN López el 10 de marzo. Los dos egresamos el 27 de marzo con el alta médica”. Asimismo, cuestionó el silencio –disfrazado como falta de memoria– de la corporación médica: “Me llama mucho la atención que los médicos dueños del IPP no se acuerden de nada, siendo que esa institución tenía cierta jerarquía, y también que a nadie le importara el ingreso de dos bebés sin padre ni madre y sin obra social. Ni siquiera pareció importarles que alguien se hiciera cargo de los costos”, ironizó. Inclusive, su hermano, Sebastián Álvarez, fue más allá y explicitó que “hay seis días en los que no sabemos dónde estuvo mi hermano”, considerando que los registros del IPP no hubieran sido adulterados. En otro tramo de su declaración, Sabrina, que recuperó su identidad en diciembre de 2008, remarcó que “hay testimonios de enfermeras que dicen que las mujeres de los médicos iban a ver a los bebés porque eran hijos de ‘subversivos’”, e insistió: “Cómo puede ser que los médicos de esa institución, que hacía pocos años se había inaugurado, no recuerden la situación de esos bebés”. Tal vez los médicos puedan hacer un esfuerzo de memoria o decidan romper el pacto de silencio. Esa es la expectativa para los próximos días.