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e la redacción de INFORME DIGITAL La Bolsa de cereales de Entre Ríos firmó un documento conjunto con otras bolsas de cereales de distintos puntos del país en el que critican la decisión del gobierno nacional de abrir la exportación de 450.000 toneladas de trigo sólo a las cooperativas. “Las bolsas no están enojadas porque se exporten 450.000 toneladas. Al contrario, apoyamos la medida. Lo que no nos parece que está bien es que solamente las puedan vender cooperativas porque hay acopios que tienen un montón de productores pequeños y medianos que no pueden entrar en el comercio porque el estado nacional dijo solamente se le puede comprar trigo a las cooperativas”, argumentó el gerente de la entidad Miguel Pacheco al ser consultado sobre el tema por radio f5. “Los precios internacionales del trigo y el maíz no está llegando al bolsillo de los productores”, lamentó Pacheco y dijo que existe una falta de transparencia en la comercialización porque “el Estado nacional limita las exportaciones, no deja que se exporte trigo ni maíz salvo cupos que va dando de forma muy discrecional y muy con cuentagotas”. “El problema es que la Argentina produjo alrededor de 15 millones de toneladas de trigo; los argentinos necesitamos consumir en un año alrededor de 7 millones. Quedarían 7 millones de toneladas para exportar. Internamente los productores tienen el trigo y no tienen a quién vendérselo porque los molinos no se lo compran, porque no lo necesitan. Por otro lado los exportadores no se lo compran porque no tienen forma de exportarlo. A eso hay que sumarle que cuando viene un exportador o un molino a comprar lo compra con precios por debajo de lo que se podría cobrar porque hay una demanda muy superada por la oferta”, explicó el dirigente apuntando fundamentalmente a la situación que padecen los productores de más baja escala. En la provincia de Entre Ríos, en la última campaña se cosecharon un millón de toneladas, de las que aún quedan entre 400 y 450 mil toneladas en manos de los productores que no han podido vender. “Eso significa que no han podido pagar las deudas que tienen”, concluyó Pacheco que marcó diferencias entre las supuestas intenciones y lo que serían los efectos reales del cierre de las exportaciones: “el gobierno nacional dice defender con esta medida la mesa de los argentinos afirmando que si hay trigo disponible en el mercado interno para los molinos, no van a aumentar el precio de la harina y los panaderos van a recibir la harina de acuerdo a lo que pueden cobrar el kilo de pan, pero esto no ocurre y se benefician fundamentalmente los exportadores, las empresas concentradas y los grandes molinos porque cuando van a comprar trigo en vez de pagar $800 pesos la tonelada la pagan 750 y el productor tiene que vender”. “Creemos que el gobierno nacional con las mejores intenciones está tratando de que esto no alimente la inflación pero no sólo la está alimentando sino que genera que los poderes económicos más concentrados de la Argentina reciban el mejor beneficio en perjuicio de nuestros productores”, finalizó.