L
os concejales de Gobernador Mansilla admitieron que se cometió un error. Los concejales dicen que aprobaron una ordenanza, pero que al caer en la cuenta del traspié, enseguida la corrigieron, pero con tanta mala puntería fue la corrección que el texto salió en crudo –así se habla en las redacciones, cuando un texto no ha sido releído ni corregido–, y que se cumplió la Ley de Murphy: si hay posibilidad de que algo salga mal, saldrá mal de modo irremediable. Eso, al parecer, afirman los concejales, es lo que pasó con el texto de la Ordenanza Nº 05/11, aprobada el 1º de junio último, que reglamenta “medidas de seguridad y horarios de inicio y terminación de espectáculos públicos”. La ordenanza no es sólo eso, sino más todavía: de modo completamente novedoso reglamentó la posibilidad de que los menores a partir de los 15 años puedan consumir alcohol, en abierta contradicción con el ordenamiento legal nacional y provincial que fija esa edad para el consumo desde los 18 años. La novedad la dio a conocer un matutino paranaense en su edición del sábado último y no pudo generar sino estupor y extrañeza. En medio de ese clima, los concejales de Gobernador Mansilla reconsideraron el texto, y salieron a aclarar que todo se había tratado de un enorme, infortunado, alarmante error de tipeo. Que quisieron aprobar una cosa y finalmente terminaron votando otra, muy distinta. Y que esa cosa muy distinta pretendió ser corregida, pero que nadie atendió la corrección, y pasó lo que pasó. Quién tipeó El concejal radical Horacio Casanovas fue quien salió a admitir el traspié de redacción. “Todo se debió a un error. Fue un error de tipeo. La ordenanza no debió salir así. Cuando se advirtió que se había cometido un error, le avisamos a la secretaria de la Municipalidad, pero no lo arreglaron. Salió igual así, y se dio una copia de la ordenanza a la Policía para que la distribuyera entre los comercios, y ahí la gente empezó a preguntar si era realmente así”, contó el edil. Anoche, en sesión especial, la Junta de Fomento de Gobernador Mansilla, en reunión con el intendente local Rodolfo Orué, resolvió corregir aquel error de tipeo, y poner las cosas en su justo lugar: la ordenanza ahora dice que la venta de alcohol sólo es posible cuando se trate de jóvenes mayores de 18 años, y no de 15. Eso es lo que debería decir el texto de la ordenanza polémica: 18 años y no 15 años. El apartado polémico está contenido en el artículo 2º de la ordenanza que el lunes se reformó: allí donde dispone “que el acceso a los locales deberá estar habilitado a más tardar a la hora 0, debiendo concluir, con cierre total del local en que se desarrolla, a más tardar a la hora 6, estando vedada la venta de bebidas alcohólicas dentro o fuera del local pasada la hora 5 y en todo momento, a personas menores de 15 años”. ¿Entonces? Cuando se consultó a los responsables del texto aprobado por los ediles de Mansilla, una localidad ubicada a 190 kilómetros de Paraná, en el departamento Tala, otra había sido la explicación en torno al asunto. Los ediles encontraron razones en las quejas de los vecinos para aprobar la ordenanza que aprobaron. El mismo texto lo dice: la ordenanza surgió ante la “reiteración de situaciones que ponen en peligro la seguridad, tranquilidad y salud pública, como así el respeto a la propiedad ajena por parte de personas asistentes a espectáculos públicos, tanto dentro como fuera del recinto en los que los mismos se lleva a cabo”. Y que “la reiteración de situaciones similares demuestra que por diversas circunstancias en los recintos en los que ya sea habitual o esporádicamente se llevan a cabo los espectáculos, se producen incidentes, sobre todo si en el marco de los mismos se expenden a sus concurrentes bebidas alcohólicas, y que la excesiva ingesta de alcohol durante la velada deriva en actitudes o comportamientos de quienes salen de los espectáculos, que pueden afectar el orden, la tranquilidad o seguridad pública o afectar derechos de terceros, lo que también es frecuente que produzca en horarios previos al inicio de los espectáculos”. Por eso, se impuso como obligación que en todo espectáculo público, y en todo boliche que funcione en Gobernador Mansilla, sobre todo cuando haya venta de bebidas alcohólicas, se cuente “desde la apertura del local en que se desarrollara el mismo hasta su cierre vigilancia con personal policial adicional en proporción no inferior a un agente por cada cincuenta personas”. Y el punto más álgido es el que establece que queda vedada “la venta de bebidas alcohólicas dentro o fuera del local pasada la hora 5 y en todo momento a personas menores de 15 años”. Hace tres cuatro días, el concejal Casanovas había dicho que hubo un dictamen legal y que por eso no pensaron en una eventual colisión con las normas nacionales y provinciales sobre el asunto. Y el asesor Claudio Alfredo Manfroni Reynoso agregó otro dato: el poder de policía para el control en la venta de alcohol a menores lo tiene el municipio, y que esa autonomía tiene más peso que las leyes de la Nación o la Provincia. Aunque ahora se vuelve sobre los pasos dados, y se corrigió esa contradicción que, ahora se dice, fue por un error de tipeo. 67,1% Es el índice de aumento en el consumo episódico de alcohol que registró en Entre Ríos la encuesta nacional sobre factores de riesgos que llevó adelante el Ministerio de Salud de la Nación. Se habla de consumo excesivo de alcohol cuando las personas consumieron cinco o más tragos de cualquier bebida, considerándose así el día que más tomó en los últimos 30 días.