L
a suba sostenida de precios viene teniendo un fuerte impacto en la economía hogareña. Así, una familia tipo –la pareja y dos hijos en edad escolar– necesita entre $70 y $75 diarios para comer en Paraná. El cálculo abarca las cuatro comidas diarias –desayuno, almuerzo, merienda y cena– y se basa en un menú sencillo, sin abundar en ingredientes y porciones, y con reiteración por la noche. Se trata de una estimación, que busca reproducir un trabajo realizado porun matutino en marzo de 2010, cuando el número arrojó que una familia tipo necesitaba unos $45 para costear los alimentos del día (un 55% menos que ahora). En esa oportunidad, se previó un plato simple para las dos comidas principales: hamburguesas con ensaladas. Se partió de que la elaboración era hecha en casa, por lo que se contempló entonces la compra de un kilo de carne de vaca picada común. Actualmente, el kilo de esa carne cuesta $22 –la especial sale casi $10 más: $31,90– en un negocio de barrio de la ciudad. A eso, se le añadió una ensalada hecha con medio kilo de papas –$1,1–, cuatro huevos –$4: el precio de la docena ronda los $6 en otro comercio ubicado fuera de bulevares– y una lata de arvejas cuyo valor se ubica en $2,8 y ¾ kilo de tomates (el precio se ubica entre los $4,8 y $5,8 ). Para acompañar el plato, se consideró el precio de un agua saborizada –$4,75– y, para el postre, fruta –un kilo de bananas a $7,8–. Se incluyó la compra de pan –5,90 el kilo–, un litro de leche –$4,19–, medio litro de yogurt -$3-, 5 pesos correspondiente a una porción de queso cremoso (el precio del kilo se ubica en unos 27 pesos, de acuerdo a la marca) y parte de mermelada y manteca ($5). También hay que considerar el consumo de azúcar, aceite, entre otros ingredientes. Como en marzo del año pasado, la estimación se basó en precios –como los de la carne, los huevos, la fruta y el pan– de comercios de barrio y en los más grandes se recabó el costo de la leche, el yogurt y el queso. Con el resultado del relevamiento, sólo se busca llegar a un acercamiento del costo real que tiene poner la mesa todos los días. De hecho, que el número final –entre $70 y $75– es un promedio, que fluctuará según las características de cada familia –si los chicos son pequeños o adolescentes– y, principalmente, de los ingresos con que cuente el hogar para garantizar la alimentación diaria. Así, la oscilación dependerá también si se adquieren productos de primeras marcas y de la variedad de la dieta. Mientras, las opciones son escasas o directamente nulas para cientos de hogares pobres, cuyo magro poder adquisitivo pierde terreno a medida que crece la inflación. Tirante En base al resultado final ($70 o $75 diarios), una familia debe disponer de entre $2.100 y $2.250 por mes para la compra de alimentos. El número contrasta con los salarios de algunos sectores de empleados. Por ejemplo, los maestros que menos cobran, perciben unos $2.350, y los sueldos más bajos de los trabajadores de la administración pública quedaron en $2.080 desde marzo, cuando se aplicó un aumento. En tanto, el sueldo mínimo garantizado en la Municipalidad de Paraná se ubica en $1.745. “La gente compra menos porque los ingresos son casi los mismos”, aseveró Antonio Bluotto, titular de la Asociación de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de Paraná, quien estimó que la evolución de los precios en lo que va en el año acumula un 30%. “El dinero que entra a la casa es más o menos la misma cantidad, a pesar de algunos aumentos, y lleva mucho menos cosas”, dijo el almacenero en referencia a lo que le sucede al grueso de los clientes. Y mencionó el caso del azúcar: “Valía $3,50 y hace dos meses se fue a $6 y ahí quedó hasta ahora”. No ocurrió lo mismo con la harina. Dijo que ha aumentado considerablemente (calculó un 50%), lo que tiró para arriba el costo de las galletitas y los fideos. La yerba subió hace dos mes un 10% y los almaceneros ya recibieron el aviso de que aumentará otro 10%, dijo, tras concluir que los efectos de la inflación afecta en forma negativa “a todos: tanto al cliente como al almacenero”. Para arriba A continuación, una comparación entre los precios recabados el año pasado y el registro actual: la carne picada común costaba casi $16, mientras que la especial llegaba a $24.90. Esta semana, el mismo comercio, vendía la común a $22 y la especial a $31,9. En tanto, la papa costaba $1,4 el kilo en 2010 y ahora sobrepasa los $2 y el precio de los huevos llegaba hace un año a $4.65 la docena y hoy se ubica en $6 en el mismo local. Para comprar el pan había que contar con $5,10 hace 14 meses y actualmente con $5,90. La tendencia alcista ha pegado fuerte también en productos que no pueden faltar en la mesa, como son los lácteos. El litro de leche salía en marzo de 2010, $3.29 y ahora $4,19, mientras que el yogurt costaba $4 contra $5,99 actualmente. 178% es la suba que registra el azúcar entre 2009 y la actualidad. A mitad de 2009, el kilo costaba en un supermercado local $1,85, en julio de 2010 una boca de expendio de la misma casa vendía el producto a $3,69 y esta semana, el comercio ofrecía el paquete a $5,15. En escalada, también ha venido el precio de la leche fluida. En junio de 2009 costaba $2,69 el litro y un año después, en 2010, costaba $3,59 (33,45% de aumento). Por estos días, el costo asciende a $4,19 en un supermercado de Paraná. En tanto, el costo del yogurt también se disparó. El envase de una empresa láctea de renombre se conseguía en 2009 a $2,99 contra $4,39 en 2010 (un 46,8% más) y $5,99 en la actualidad. Relevamientos diferentes sobre la inflación Javier Schnitman, responsable del área de Seguimiento de Precios de la Provincia, asevera que los datos de que dispone el organismo revelan un incremento del 1% de los precios en mayo último, un índice que ubica el costo de vida en Paraná por encima de la inflación. Aunque resta que concluya junio para procesar los datos correspondientes al primer semestre de 2010, el funcionario afirma que ese es el guarismo que arrojan los relevamientos llevados adelantes en el comercio local durante mayo último. “En mayo, el aumento fue un 1% de evolución de precios en los distintos productos, tomando en forma general, sin desglosar por los distintos rubros, sea por alimento, en carne, en algunos servicios, o en indumentaria. Ese es el dato que tenemos”, afirmó Schnitman. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) mostró que en mayo la inflación fue del 0,7%. Para el organismo de medición, en los cinco primeros meses del año se acumula un 3,9%, y en comparación con igual mes del año pasado el costo de vida mostró un incremento del 9,7%. Para el Indec, el costo de la canasta básica total que mide la línea de pobreza está en 1.307,19 pesos, con un a suba del 0,88% respecto a abril. Schnitman asegura que, a partir de los resultados que arrojan los relevamientos hechos por Seguimiento de Precios, no se observa en la plaza local aumentos de significación en la carne; que el precio del azúcar económico se ubica en 2,95 pesos; y que no hay faltante de harina, aún cuando las panaderías no hayan superado la situación de zozobra a raíz de la escasez de ese insumo básico. Respecto de los índices oficiales, la Dirección de Estadística y Censos de la Provincia dejó de proveer datos desde diciembre de 2010, último parte disponible. De allí en más, el organismo que dirige Susana Zacarías no suministra más datos sobre el índice autoponderado de precios que se releva mes a mes en Paraná.