E
n el transcurso de la semana que se inicia este lunes se dilucidaría la forma en que se va a votar en la provincia en las elecciones del 14 de agosto, fecha en la que se llevarán a cabo en forma simultánea las elecciones internas nacional y provincial.
Si bien se harán juntas, son dos elecciones diferentes, ya que la nacional resulta obligatoria para todos los ciudadanos (usted está obligado a votar y le sellarán el documento) y también obligatoria para los partidos políticos, aún teniendo lista única, ya que aquel que no logre el 1,5% del padrón de su jurisdicción, no podrá competir en la elección general del 23 octubre.
Mientras tanto, la elección provincial es voluntaria (nadie está obligado a votar) y si los partidos políticos tienen lista única, no deben presentarse, sino que directamente van con ese candidato a la general del 23 de octubre.
La elección nacional no deja de ser paradójica, ya que finalmente nadie tendrá internas porque todos los partidos tienen un solo candidato a presidente, por lo que de interna tiene muy poco. Así, las elecciones primarias nacionales serán algo así como una primera vuelta que, con un piso muy bajo, dejaría afuera a aquellos sectores con menos caudal de votos.
La duda que se planteó desde que el gobernador Urribarri decidió que en la provincia las internas se hicieran el mismo día que las nacionales, es cómo votar.
¿En la misma escuela o en escuelas diferentes? Si es en la misma escuela, ¿en la misma mesa o en mesas separadas? Si es en la misma mesa ¿en el mismo cuarto oscuro? ¿Con dos sobres o en el mismo? ¿Con dos urnas o en la misma?
Se rumorea que el Tribunal Electoral ya tiene a su disposición el dictamen sobre el tema y esta semana lo resolvería.
Hasta ahora se han escuchado rumores y especulaciones, además de la pregunta sobre si lo que parece lógico resulta legal.
Parece lógico que va a haber un nivel de confusión en los electores, aunque nadie puede medir la magnitud de esa confusión.
La única forma de que no la hubiera sería votar en días diferentes o que la provincia hubiera derogado su ley electoral adhiriendo a la nacional, como hicieron otras jurisdicciones. Pero ninguna de las dos alternativas ocurrirá.
Habiendo desechado ambas hipótesis, podría decirse que lo lógico, en función del ahorro de recursos económicos y humanos, es que se vote en ambos comicios con las mismas autoridades de mesa. Hasta ahí parece no haber tanta polémica entre los actores políticos de la provincia.
Las dudas arrancan en la posibilidad de unificar urnas, sobres y boletas. Parece evidente que en ese orden creciente se induciría a que una enorme cantidad de gente que concurre a participar de la elección obligatoria, también lo haga en la provincial.
Usando un mismo sobre o una misma urna puede decirse, sin arriesgarse demasiado en la afirmación, que el recuento de votos será más complicado.
El caso extremo sería que se autorice una sola boleta, que incluya candidatos nacionales y provinciales, lo que implicaría una ventaja muy clara para los candidatos oficiales de cada partido, que pudieran pegar su cuerpo electoral al de una referencia nacional o provincial, en desmedro de los “no oficiales” de cada uno de esos partidos.
Hasta el momento la puja parece plantearse con fuerza entre el justicialismo urribarrista y el radicalismo, por lo que no resultaría extraño que los primeros pretendan unificar todo (escuela, mesa, urna, sobre y boletas) mientras que los segundos reclamen la separación incluso de las escuelas donde se votará ese día.
A 56 días de las elecciones, parece que ya es el momento de contar con esta certeza, la que establezca equilibrio entre pretensiones diferentes, en el marco del respeto a las leyes vigentes.
